Cautivo de Bellavista

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08 abr 2017 / 22:32 h - Actualizado: 08 abr 2017 / 22:34 h.
"Cofradías","Una luz en la ventana"

En fila se va el cortejo en solemne procesión. Evangelio y Religión que en certeza o en consejo, se han convertido en espejo donde muchos se han mirado. Hay quien lo lleva grabado en el alma y en la mente. Y allí habrá quién de repente sienta que se ha enamorado. Al fondo, candelería. Una Madre que sí llora y entre lágrimas te implora por Él, un Ave María. Detrás queda en lejanía. Sus pasos con objetivo.

Y al preguntarme si vivo un año entero pensando... Te diré que estoy soñando con el amor del Cautivo. Los meses pasan ligeros. Cada viernes te he esperado en una esquina alejado de la calle Caldereros. Así fueron los primeros besos que en tus manos di. Fui Cautivo tras de ti sin vestir de nazareno. Y supe que estaba lleno cuando te dije que sí. Un sí que ha quedado escrito entre el blanco y el morado. Por la vida que me has dado y es el amor en un grito. Devuelves por infinito este poco que te doy. Por eso contigo voy donde tú digas, Señor. Cautivo queda mi amor y por ti cautivo estoy. Padre nuestro que estás en el cielo, nunca te olvides que los cristianos gritan siempre antes de morir: Venga a nosotros tu excelso reino, santificado sea tu nombre el de ayer, el de hoy, el del verbo: Amarse los unos a los otros con fe, hasta el final de los tiempos, que tu barrio no te olvide nunca, que tu barrio es amor verdadero. Por tu caminar vuelvo a vivir y siempre por ti, Cautivo, sigo. ¡Hágase tu voluntad! Te doy la mano para encontrar de nuevo el origen de la vida santa así en la tierra como en el cielo. Para que vengan a conocerte y tu barrio, es barrio por eso. Porque eres aparte de ser el Cautivo eres nuestro Padre santo y bueno. Danos Dios el pan de cada día –ofrenda de amor incalculable– dejando para la eucaristía el encuentro cordial con el Padre. Pan que damos a nuestros hermanos con manos limpias y corazón. Perdona Señor nuestras ofensas, vivimos con miedo y en las cárceles del odio, no entienden tu mensaje.

Te seguimos Señor con las cruces y en tu sendero, te encontraremos. Nosotros también perdonaremos a los que en tu nombre han matado a inocentes que te conocieron rezando tu gracia por los páramos. Cuida en el cielo de los que fueron a verte. Son parte de nosotros.

Que ellos te cuenten nuestra historia y sepas ver el bien de los actos. Nosotros a los que nos ofenden solamente daremos amor, protegiendo tu nombre de todas las injusticias que se produzcan. Y poniendo la otra mejilla nunca haremos lo mismo que Pedro. Seremos como el samaritano aunque en el desierto haya sed. No dejes caer en tentación pues tu cruz es la liberación del que todo en vida lo ha perdido. Tú lo eres todo Señor, mi Dios Cautivo de Salud y Remedios. Líbranos Jesucristo del mal enseñándonos todo tu bien, y terminemos las oraciones despidiendo el rezo con Amén.