La ‘bendita’ rutina de septiembre

Vivimos un mes especial del calendario en el que parece que las vacaciones terminaran hace ya meses y no hace escasos días. La vuelta al cole de nuestros hijos y que el despertador suene cada mañana para todos, hacen que volver a la rutina sea complicado

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07 sep 2017 / 22:44 h - Actualizado: 07 sep 2017 / 22:53 h.
"'Destino Sevilla'"
  • La ‘bendita’ rutina de septiembre

Septiembre, todo un mes para ponernos las pilas a la hora de recuperar la normalidad y la rutina de nuestro día a día. Porque las vacaciones estivales han estado geniales y hemos conseguido la gran mayoría desconectar del trabajo y coger esa energía necesaria para poder enfrentarnos al tirón de los meses que nos quedan por delante alejados ya del chiringuito de playa.

Y la fastidiosa rutina se consigue a base de escuchar cada día el despertador, de volver a ser esclavos de un horario, de sentir como el estrés vuelve a acampar a sus anchas en tu cuerpo que se encontraba hasta el momento en un letargo, con su correspondiente ritmo metabólico a niveles ínfimos.

Pues ya llevamos una semanita vivida de septiembre y no es por cabrear al personal e influir en el estado de ánimo, pero un mes en el que también la inmensa mayoría tiene que hacer frente además de la incorporación a la oficina, a los gastos que supone la vuelta al cole de los hijos. La cuesta arriba del noveno mes del año hace que desde mucho tiempo antes, incluso cuando estabas con el espeto en la orilla del mar, tu mente pensara en que este momento iba a llegar y en lugar de las tres tapitas, al final te tomarás dos y los euros ahorrados directos a la huchaca. Porque eres consciente de que en el calendario hay un periodo que se viene encima de muchos gastos y que no hay manera de sortearlo.

Y puestos a ser realistas, qué verdad es que la cuesta arriba de este mes se hace más escarpada cuando llega el día en que te miras al espejo y ese bronceado espectacular del que te sentías tan orgulloso ha desaparecido y en su lugar se encuentra tu cara ya descolorida, el espejo del alma.

Y es que dejar atrás los momentos vividos en las vacaciones es una tarea espinosa. Un ejemplo es cuando llega la una de la tarde y estás currando entre cuatro paredes y recuerdas la cervecita que te estabas tomando con la brisa marinera y los pies metiditos en la arena hace escasos días.

Pero hasta en las montañas más abruptas siempre se encuentra un llano, el próximo oasis en el calendario laboral serán las Navidades, hasta entonces, conténtate con el compañero que a cierta hora de la mañana te interrumpe de forma celestial y suelta esa frase espléndida:

–¿Un cafelito de diez minutos?

La rutina de septiembre, bendita rutina.