Menú

La bestia que han creado

Image
15 jun 2018 / 21:18 h - Actualizado: 16 jun 2018 / 11:19 h.

Primero fue Màxim Huerta porque hace unos años quizá intentó pagar a Hacienda lo menos posible (un asunto sobre el que sería interesante saber cuánta camaradería real encuentra entre el respetable y cuánto hipócrita aprovechado se ha colgado al hombro la canana de salir de cacería). Luego se ha hablado de Luis Planas, ministro de Agricultura, al que se está disparando también con munición de caza mayor por una imputación en un caso sobre agua en Doñana cuando era consejero andaluz. Puestos a pedir, yo exigiría a Sánchez que cesara a todo miembro de su gabinete que tenga por costumbre saltarse los stops, cosa que me parece infinitamente más peligrosa que todo lo anterior. Porque claro, ¿dónde se supone que está el límite? ¿En lo que una persona no debe hacer o en lo que una persona no debe hacer si tiene dinero? Ignoro el talento moral de los acusadores profesionales: imagino que debe de ser intenso y deslumbrante, porque para juzgar (y condenar) a los demás así, por afición, tiene uno que ser muy bueno y muy ejemplar. Me gustaría saber qué debe hacer con su vida el que alguna vez haya tenido algún problema legal, si se le van a cerrar las puertas de toda actividad pública y no las privadas (como si ser político requiriese más probidad que ser cirujano o pastelero). ¿Evaporarse? Lo que pasa es que aquí pocos se pueden quejar, porque tienen la bestia que han criado entre todos con hipocresía, cinismo e inhumanidad. Una criatura genéticamente diseñada para un mundo sin principios donde los golpes bajos forman parte de la coreografía mientras la boca habla de ética. Comprendo que digan que dimitir es salud democrática. Todo lo que sea salir de ahí...