¿Por qué, en Sevilla, todo es un problema? Mercado de la Encarnación, aledaños de El Cid, Ciudad de la justicia, metro, biblioteca de la US, segunda pasarela sobre el río, Setas, museo Belvedere, Torre Pelli, Atarazanas...Idas y venidas, vueltas y revueltas, tiempo y más tiempo y.... ¡a veces nada! Ahora, la Bienal. Cese del anterior director. Nombramiento de Ortiz Nuevo. Al mes se cae del cartel sin que sepamos, a ciencia cierta por qué. Al final es nombrado Antonio Zoido pero, naturalmente, con menos tiempo por delante.
Nuestra enhorabuena para el nombrado, amigo y compañero de colaboración en este periódico. Muy acertado nombramiento. Ante todo, Antonio es una persona seria. Lo ha demostrado en cuanto ha hecho y sigue haciendo. Es inteligente, planifica bien lo que quiere hacer.... ¡y lo hace! Sin ataduras partidistas ni partidarias. Sin buscar nada para sí, pero procurándose opiniones, consensos y colaboraciones. Y todo ello cimentado en un basamento cultural de primer orden y en un amor a Andalucía más que probado
Antonio conoce bien el flamenco y a los flamencos. Sabe de sobra que estos son muy suyos y ahí puede radicar uno de los problemas. El ha señalado dos líneas de actuación. La primera es no hacer ninguna revolución sino tratar de ensamblar lo antiguo con lo nuevo. Muy bien. Las revoluciones son para los que no saben hacer otra cosa. La segunda es tratar de dotar al festival de una estructura permanente. Absolutamente fundamental por las razones que él mismo apunta. Si le dejan trabajar hará una buena obra.