La ciudad saludable necesita menos ruido

Tenemos que ser mas solidarios como individuos, los dueños de terrazas más cuidadosos y la autoridad más vigilante. Sevilla es una ciudad maravillosa, pero debe mejorar

Image
11 nov 2017 / 23:20 h - Actualizado: 11 nov 2017 / 20:36 h.
"Medio ambiente","En verde"
  • La ciudad saludable necesita menos ruido

Vivimos en la sociedad del ruido. Para algunos autores, por ejemplo Ángeles Parra, de BioCultura, la sociedad del ruido es la sociedad del tecnopatriarcado occidental; en cambio la sociedad de la mujer-madre, o de la mujer-abuela, es una sociedad mucho más silenciosa. Para Ángeles Parra, en el silencio hay mucha más libertad que en el griterío. Habría que meditar estas ideas. El ruido es una forma de contaminación urbana, a veces no suficientemente considerados sus efectos en la salud de la ciudadanía. Técnicamente es una variación en la presión del aire producida por un objeto en vibración que arrastra las partículas de aire en contacto con él mismo, produciendo ondas de presión que se van extendiendo a las capas de aire contiguas propagándose de manera ondulatoria desde el objeto en vibración a un receptor. La revista The Ecologist llamó la atención sobre la consideración de la contaminación acústica como una forma de contaminación menor. Sus efectos invisibles son muchos, como desequilibrio del sistema nervioso, perturbación de funciones digestivas, entorpecimiento de la circulación de la sangre, fatiga crónica, entre otros; además de los efectos sobre el incremento y adelantamiento de la sordera. Cada vez vemos más personas, sobre todo jóvenes, con los cascos puesto escuchando música por la calle a través de sus móviles a niveles de sonido inadecuados, y recibiendo una dosis extra de radiaciones electromagnéticas.

De acuerdo con The Ecologist, nuestros jóvenes se encierran escuchando música a volúmenes elevados en sus móviles, además de la música que escuchan en las discotecas, pudiendo conducir a un notable incremento de la sordera prematura entre los más jóvenes, y posiblemente su aislamiento. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. El ruido de la ciudad nos aleja de este concepto de salud al contribuir, posiblemente, a algunas enfermedades físicas o psíquicas, y con seguridad a un alejamiento de bienestar. La Salud Ambiental, también de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud es una disciplina que comprende aquellos aspectos de la salud humana, incluida la calidad de vida y el bienestar social, que son determinados por factores ambientales físicos, químicos, biológicos, sociales y psicosociales. Estudia los factores del ambiente y del entorno que afectan a nuestra salud. El ruido y su eliminación forman parte de cualquier programa que pretenda conseguir una ciudad donde la salud esté garantizada. Según datos de la Unión Europea, unos 80 millones de personas están expuestas diariamente a niveles de ruido ambiental superiores a 65 dBA, siendo el tráfico rodado el principal foco de contaminación acústica de nuestras ciudades. Los ayuntamientos deben procurar disminuir la velocidad de los vehículos en toda la ciudad.

Desde hace años llevamos pidiendo la medida de la Ciudad 30, por fin parece que se generaliza la idea. Una Ciudad 30 es una ciudad más saludable, menos gases y partículas, y que contribuye menos al cambio climático, que afectará a la propia ciudad en un futuro no lejano, muy especialmente a lugares como Sevilla. Es preciso reducir el flujo de los coches, disminuir el porcentaje de vehículos pesados, implantar pavimentos reductores de ruidos, fomentar el transporte público, el caminar a pie y la bicicleta, además de poner en marcha un plan constante de educación para una ciudad silenciosa, que incluye medidas de mejora de la conducción. Convencer a la población que el ruido es una forma de contaminación continua y grave, pero evitable o atenuable, es muy importante y es deber de los poderes municipales incidir en el tema, y de los educadores ayudar al respecto. La vegetación de muchas calles constituye una pantalla frente a la contaminación acústica, por ello para tener aceras saludables hay que potenciar los setos entre la acera y la calzada, la atenuación del ruido es de un 60% de acuerdo con nuestros propios datos. De acuerdo con algunos datos publicados, unos 22.000 sevillanos soportan ruidos por encima de lo recomendado por la OMS. Nuestros estudios (Teresa Figueroa-Luque, Tesis Doctoral) anticipan con medidas reales sobre el terreno realizadas en diferentes zonas de Sevilla que el número de personas afectadas por niveles de ruidos por encima de los umbrales recomendables de acuerdo con la OMS - por ejemplo en determinadas avenidas una intensidad casi constante a determinadas horas de 75 dB, con picos frecuentes de 85-90 dB- podría ser mucho más elevado. Es una cuestión que habría que evaluar con detalle y sin dilación.

En la ciudad de Sevilla, San Pablo, Santa Justa y Nervión son distritos con elevada contaminación acústica, también el distrito Centro, a determinadas horas, Plaza de Armas o Viapol, y hay que tomar medidas. En Sevilla hay determinadas zonas de rondas de mayor velocidad rodeadas de vecinos que sufren un alto nivel de ruido. Es imprescindible incidir en un problema de Sevilla, y de otras muchas ciudades, como es el ruido nocturno. El descanso es fundamental ya que fortalece, no solo nuestro espíritu, sino también nuestro sistema inmunológico. Sin el descanso adecuado no puede haber un nivel de salud aceptable. Resulta muy irresponsable para un país que no se fomente el descanso de la juventud, y que más bien se incentive la falta del mismo dando todo tipo de facilidades para la nocturnidad. En determinados enclaves de Sevilla el ruido que llega desde las terrazas resulta insoportable para muchas personas, afectando a la salud, y hay que corregirlo. Hay tiempo para disfrutar de la tarde y el inicio de la noche sevillana, absolutamente encantadores momentos, sin atentar contra el descanso de los demás. Tenemos que ser más solidarios como individuos, los dueños de terrazas más cuidadosos y la autoridad más vigilante, y el orden en que ponemos estas ideas es el correcto. Sevilla es una ciudad maravillosa, con virtudes magníficas, que debe controlar su ruido. Sevilla es una ciudad que debe mejorar. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, tiene un plan para la ciudad. Recibe el nombre de Ciudad Saludable y con él pretende sentar las bases para una ciudad más saludable, ecológica, sostenible y social. Una ciudad mejor. Un indicador para conseguir esta ciudad es el ruido. Disminuir el nivel de ruido de Sevilla nos conducirá a una ciudad con mayor salud y bienestar. Pero es tarea de todos, cada uno tiene que hacer sus deberes. El alcalde hace los suyos, y plantea un modelo de ciudad, el modelo de Ciudad Saludable, con una plasmación práctica en el Polígono de San Pablo, concretamente en la Avenida de El Greco. Uno de los indicadores que se disminuirá de forma significativa en dicha actuación es el nivel de ruido. La atenuación del ruido se logra, entre otras medidas a través del cambio en el pavimento, disminución de la velocidad de los vehículos y utilización inteligente de la vegetación urbana. Un camino a seguir en próximas actuaciones urbanas de Sevilla, un ejemplo para otras ciudades andaluzas.

Manuel Enrique Figueroa Clemente es catedrático de Ecología y director de la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla