La escultora de sonrisas

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05 may 2019 / 08:00 h - Actualizado: 05 may 2019 / 23:01 h.
  • La escultora de sonrisas

Me encanta esta imagen, es como una foto del carácter de mi madre: alegre, sincero, sencillo, cariñoso... Durante toda su vida me hizo sonreír, desde que era un bebé, incluso cuando me enfurruñaba, ella se las apañaba para esculpirme siempre una sonrisa...

Ya sabes, como han hecho los maestros escultores toda su vida, ellos tenían la habilidad de extraer belleza de un bloque de piedra, del mismo modo, mi madre era capaz de esculpir sonrisas hasta en los rostros más inexpresivos y, como todo buen escultor, conseguía que esa belleza del ánimo permaneciera... ¡qué necesaria y fascinante profesión la de ser escultora de sonrisas!

¡Esculpiendo hasta en el Whatsapp!

Decía el novelista inglés, William Thackeray, que "una sonrisa es un rayo de luz directo al alma", a mi madre le encantaba esta frase, de hecho la tenía como estado en el whatsapp, me parece que es una forma tan poética como acertada de describir su "saber hacer". Las sonrisas que mi madre esculpía eran inmortales, se quedaban grabadas en el carácter y le daban un abrazo a tu alma, inundándote del calor de mayor calidad: el calor humano, ese que todos tanto agradecemos desde que nacemos hasta que nos vamos, esa clase de energía interna que te recarga la batería como ese socorrido y oportuno cargador portátil del smartphone que suelo llevar en el bolso cuando voy de viaje.

¡Siempre conectada!

Igual que ese bendito cargador portátil que te permite seguir estando conectada con tu correo, tus redes sociales, tus documentos etc La energía interna y la alegría que irradiaba y esculpía mi madre te permitía seguir conectado con la humanidad, incluso cuando sólo te quedaba un 3% de batería emocional a causa de un día desastroso, mi madre tenía la habilidad de recargarte enseguida a través de uno de sus "abrazos de oso", ¡incluso creó una teoría en torno a los abrazos! (que, con los años, ha demostrado ser cierta). Ella me decía: "Hija mía, hay que darse dos abrazos al día para sobrevivir, cuatro para estar contentos y seis para empezar a ser felices", desde luego esto está muy lejos de ser un método científico, pero ¡qué bien me venían siempre esos abrazos! y lo cierto es que yo era más feliz con cada uno de ellos...

El secreto de MAMÁ

Vuelvo a mirar nuestra foto, con ciertas dósis de cariño, añoranza y agradecimiento, y descubro el secreto de MAMÁ: MAde in s, es decir, las madres están "hechas de algo más" (MAde in s) tienen un plus de generosidad, entrega, dedicación, amor, comprensión... que no tendrán el resto de las personas que conocerás a lo largo de tu existencia. En mi vida ha marcado una significativa diferencia haber disfrutado durante 30 años de mi madre, la escultora de sonrisas. Si aún tienes a la tuya junto a ti, disfrútala sin prisas, regálale ese abrazo que no avisa y luego mírate al espejo: te garantizo que tendrás ese rayo de luz esculpido en tu rostro en forma de sonrisa...

María Graciani https://mariagraciani.wordpress.com/