La España científica colapsa y la España política cuenta cuentos

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
07 abr 2019 / 11:42 h - Actualizado: 07 abr 2019 / 11:47 h.
"Pasa la vida"
  • La España científica colapsa y la España política cuenta cuentos

La sociedad española aún no considera de modo mayoritario que la investigación y la ciencia son el principal motor del desarrollo económico de cualquier país que pretenda tener buenas cotas de bienestar. Por eso sigue siendo endeble la presión para condenar el colapso al que la mala gobernanza política, sea cual sea el partido que cope La Moncloa, tiene confinado al conjunto de los centros científicos españoles. Son legión los españoles que todavía estiman, por falta de buena información, que los científicos son los únicos perjudicados por los recortes en la producción científica, por el incumplimiento de los fondos asignados tras los recortes, por la financiación aprobada sobre el papel y que no se materializa, por un modelo burocrático obsoleto, por la precariedad laboral en la ciencia, por la falta de continuidad a largo plazo de los proyectos de investigación, por el éxodo de muchos talentos. En realidad, nos penaliza a todos. Es insostenible en España el sistema de prestaciones sociales mientras no seamos una nación cuya economía se vertebre sobre todo en la innovación.

Si usted hace sus planes para un viaje, reserva un billete en un AVE, y cuando llega a la estación le comunican que el tren saldrá con siete meses de retraso, seguro que su grado de indignación sería de alta velocidad. Ese es el 'nivel de puntualidad' de la política y de la burocracia en España para articular la convocatoria de los proyectos del Plan de Investigación + Desarrollo + Innovación. Si usted va a ser contratado/a por una empresa, y cuando ya está establecida la fecha de incorporación le comunican que se demora su empleo porque los trámites para formalizar el contrato tardan cinco meses, el mazazo a su estado de ánimo sería contundente. Y se preguntaría una y mil veces si no le están tomando el pelo cuando la informática de hoy propicia gestionar eso en cuestión de minutos. Pues ese es el kafkiano 'nivel de eficiencia' que soportan muchos centros científicos para que la Administración General del Estado concrete la incorporación de investigadores a sus equipos para importantes actividades aprobadas y presupuestadas.

El Manifiesto de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer para alertar sobre el colapso en el funcionamiento del sistema ha servido para la unión de todos los colectivos y entidades del mapa científico español. Incluidas las asociaciones de científicos españoles en el exterior, tan abundantes por desgracia. Hace falta que la mayoría de la sociedad entienda lo que está sucediendo y haga suya esta causa, porque nos va mucho en ello aunque usted nunca vaya a manejar un microscopio o a crear sensores para un satélite.

Sépanlo: cuando desde 2007 emergió la crisis económica, que también causó recesión y aumento de paro en muchos países europeos, la inmensa mayoría de los gobiernos no solo mantuvo sino que incrementó la inversión en investigación y desarrollo. En España, el recorte fue tremebundo. Y cuando la macroeconomía española ha vuelto a señalar desde 2015 índices de crecimiento, incluso por encima de las grandes potencias continentales, en nuestro país se ha persistido en achicar la dotación al I+D, mientras nuestros socios europeos siguen elevando su porcentaje. Ya sean gobiernos con partidos de derechas, de centro o de izquierdas. Ya sean de un solo partido o de coalición. Hacen lo que también saben sus insumisos colegas españoles: los compromisos firmados para alcanzar en el ya inminente Horizonte 2020 que el 3% de los presupuestos nacionales estén destinados a inversiones en investigación y desarrollo son una estrategia fundamental y de largo alcance, que ninguna crisis puede posponer, para no quedarnos pronto desfasados y colonizados tecnológica e industrialmente por Estados Unidos y Asia. Y ni desde Washington ni desde Pekín van a pagar su pensión o la mía.

La comunidad científica ha demostrado, en el citado Manifiesto, que el presupuesto español en I+D está por debajo del 1% del producto interior bruto en términos reales. Enorme retraso y desproporción a ocho meses de tomarnos las uvas para estrenar el 2020. Y no solo hay pocos recursos, sino que de los fijados sobre el papel solo un 30% llega realmente a los científicos.

La España científica colapsa y la España política cuenta cuentos. Los asesores de comunicación y de encuestas que tanto mandan ahora en los partidos, 'viejos' o 'nuevos', también convertirán este persistente fracaso colectivo en argumentario de confrontación. Pronto escucharán a sus líderes y portavoces cómo le echan la culpa a los otros y cómo prometen lo que no han hecho ni desde los gobiernos ni desde los grupos parlamentarios. Para la ciencia del postureo sí hay dinero y celeridad