¿En qué ha quedado lo de la broma de Juan y Medio a su compañera Eva Ruiz, a la que dejó casi en bragas la tarde del pasado sábado destrozándole el vestido con unas tijeras? El presentador tiene esa frescura y no es la primera vez que se sale del guion, y hasta del carril, protagonizando episodios parecidos. Fuera o no una broma pactada, es inadmisible que suceda algo así en un programa con tanta audiencia y en esa franja horaria. No ya solo el hecho de que destrozara en directo el vestido de la presentadora, sino por el riesgo que hubo de que la mujer hubiese salido herida con las tijeras por el forcejeo entre ambos. La cosa manda narices, aunque fuera una broma pactada, que lo estaría o no. Desde luego, si lo estaba es aún más lamentable, porque con estas cosas no se juega, es decir, con el hecho de que un hombre aparezca acosando a una mujer en un programa de televisión, poniendo en riesgo sus muslos y dejándola con las carnes al aire. Hubieran quedado mejor reconociendo ambos la estupidez de la escenita, pero no. Eva Ruiz ha dicho que adora al fresco.