La fuerza de lo que conquistamos

el BARADERO

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01 may 2016 / 19:37 h - Actualizado: 01 may 2016 / 21:04 h.

Decía Baudelaire, uno de los padres de la poesía simbólica, que «adquirimos la fuerza de lo que conquistamos». Efectivamente, todo el conocimiento que logramos acumular nos hace crecer, nos permite disponer de nuevos recursos para hacernos más fuertes y menos vulnerables ante la vida. Pero por esa misma teoría, la ignorancia y falta de conocimiento nos predispone a una debilidad absoluta cuando necesitemos enfrentarnos a los problemas. Si esta teoría la aplicáramos a lo que estamos viviendo en materia política extraeríamos la experiencia más negativa para avanzar en nuestro crecimiento social y ciudadano. El lamentable espectáculo dado por los líderes no ha sido precisamente un ejemplo de talento y de crecimiento. ¿Cómo gente que no tiene capacidad para negociar va a dirigir un país de la complejidad del nuestro? ¿Cómo quien sólo sabe echarle la culpa al contrario del fracaso a la hora de formar gobierno va poner proa a un futuro esperanzador? ¿Cómo los que vetan el diálogo con el contrario va a sacarnos de la crisis y nos va a a hacer prosperar?

La política es el arte de velar por los intereses de los ciudadanos. Si los promotores de una empresa no se ponen de acuerdo para crearla mucho menos podrán dirigirla. El pueblo es mucho más sabio e inteligente de lo que los políticos creen y el pueblo está harto de postureo demagógico. El nuevo periodo electoral, producto de la ineficacia y falta de nivel político, nos anuncia dos meses de más de lo mismo.

Otra vez a repetir discursos. Otra vez a repetir gestos y planteamientos que los ciudadanos ya se saben de memoria. La política triunfa cuando está dirigida por el talento y no por la ambición y la torpeza. Otra vez el «...y tú más» pero con el nuevo añadido de «tú tienes la culpa de que no hubiera pacto...». Si la clase política tiene la imagen tan negativa que tiene para la ciudadanía en general no es por casualidad... se la ha ganado a pulso y, me temo, se va a empeorar en los próximos tiempos. Lo peor que se puede tener ante cualquier proyecto es la inseguridad y esa es la sensación que transmiten nuestros políticos.

Si estos señores hubieran sido dirigentes de cualquier empresa estarían ya de patitas en la calle por ineficaces. Lo malo es que no ha sido así y puede que nos lleven otra vez a la misma situación en poco tiempo. Ojalá tenga que escribir un artículo en los próximos meses en el que diga que me equivoqué, pero tengo el tufillo que no hará falta. Cuatro meses de lamentable espectáculo han sido más que suficientes para saber cómo son los bueyes con los que aramos.