Menú
Pasa la vida

La magistral lección de Cosentino

Image
Juan Luis Pavón juanluispavon1
03 mar 2019 / 11:09 h - Actualizado: 03 mar 2019 / 11:18 h.
"Pasa la vida"
  • La magistral lección de Cosentino

Son solo 16 minutos. Un cuarto de hora mal contado. Haga hueco en sus tribulaciones del día a día, y posponga para otro momento participar en la incesante cadena de 'memes' y 'zascas'. Incluso si usted no es de Andalucía, ni de España, también le resultará estimulante dedicar 16 minutos a ver y escuchar el discurso de Francisco Martínez-Cosentino Justo tras recibir el título de Hijo Predilecto de Andalucía en el Teatro de la Maestranza. Porque no hemos de inspirarnos únicamente en discursos como el de Steve Jobs en el campus de la Universidad de Stanford y el de Bill Gates en el de Columbia para entender cómo cada persona puede marcarse objetivos, esforzarse por convertir sus sueños en realidad aunque en el entorno se considere que son imposibles, y a la vez contribuir a mejorar la sociedad. Porque tiene mucho más mérito, y es mucho más difícil, ser líder mundial mediante innovación desde una aislada comarca del interior de Almería que desde la California de Silicon Valley.

En Andalucía, donde el desempleo y la precariedad son una tradición que erradicar, es inexcusable que, tras el 'puente' escolar del 28-F, los claustros de todos los centros educativos, universidades incluidas, descubran esa lección magistral en 16 minutos sobre formación, valores, principios y reflexiones que tener en cuenta. Y utilicen las pizarras digitales para acceder al video en internet y mostrárselo a todo tipo de alumnos y en todo tipo de asignaturas, comentando después con el alumnado algunas frases muy precisas y de hondo calado sobre familia, sobre responsabilidad social corporativa, sobre cómo estar al borde del fracaso y ser capaz de remontar, sobre el papel de la juventud, sobre la cultura empresarial, sobre el verdadero patriotismo, sobre la política que necesitamos.

Hay en el discurso más de una docena de frases que sintetizan cuestiones esenciales. Máximas que no solo merecen su mármol de Macael sino que además podrían dar pie, con o sin motivo de otro Día de Andalucía, a certámenes de grafiteros, a premios de redacción, a concursos de ideas. “No es lo que nos pasa, es lo que hacemos con lo que nos pasa”, para resumir cómo ha afrontado tres veces el riesgo de ruina y por tres veces la empresa después ha mejorado mucho más. Y otras frases para enmarcar: “A los jóvenes, como alumnos, quiero decirles que quien bien te quiere, te exigirá”. “Apostar por Andalucía es competir en el mundo”. “El modo más coherente de ser patriota es invertir en tu tierra”. “Tenemos que adaptar ya sin más dilación los tiempos de la Administración Pública con los tiempos del siglo XXI, y que se adapte a los ciclos económicos cada vez más cortos y rápidos”. “Satisface crear riqueza compartida porque nadie es feliz si esa felicidad no es un espacio compartido”.

También ha de favorecerse que el discurso de Francisco Martínez-Cosentino lo conozca y comente la Andalucía que peina canas y a la que se le hace ver que desde los medios de comunicación de titularidad pública se la debe entretener solamente con los formatos a la medida de Juan y Medio, María del Monte o el Yuyu. Esa Andalucía que tiene la memoria histórica de cómo se vivía en los años cincuenta en tantos pueblos, en la que, como subrayó en su discurso el presidente de Cosentino, su madre, Eduarda Justo, se afanaba en ayudar a muchos vecinos con dificultades económicas. Esa Andalucía a la que le ocupa y preocupa mucho más el bienestar de sus nietos que las andanzas de Paquirrín o la final del Falla carnavalero, debe escuchar y compartir lo que dice un paisano de 67 años sobre qué ha de cambiarse para consumar la obligación moral de dejarle a la próxima generación una Andalucía más próspera y sostenible.

Y todos los gobernantes, parlamentarios, altos cargos y comités de partidos, sean de coche oficial o de talante antisistema, tienen la ineludible responsabilidad de no olvidarse ni un día de lo que afirma firmemente en su discurso el presidente de Cosentino, plenamente consciente de que tenía a muchos de ellos ante sí en las primeras filas del patio de butacas del Teatro de la Maestranza. Por eso les empezó diciendo que en Andalucía rara vez la clase política elige a un empresario para la máxima distinción autonómica y para representar a la sociedad andaluza. Por eso les hizo ver que no sale gratis, porque causa pérdida de oportunidades, el postureo de jugar a continuos cambios de normativas y a la hiperregulación para llamar políticamente la atención. Y fue el portavoz de lo que saben tantos ciudadanos que lo sufren: “Es tarea crucial y urgente simplificar, modernizar y hacer mucho más eficiente nuestra Administración”.

Miren menos las encuestas y escuchen más a quienes de verdad encabezan equipos profesionales que convierten el potencial de Andalucía en liderazgo, creación de empleo y bienestar social.