La memoria de los sitios

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21 may 2018 / 22:08 h - Actualizado: 21 may 2018 / 22:09 h.

En Bruselas, cerca de la Gran Plaza, una placa en la fachada de una iglesia que explica las vicisitudes históricas del edificio está firmada por la asociación “La Memoria de los sitios” que dedica a ello su actividad. La he recordado porque hubiera venido muy bien en la polvareda levantada al dar la Comisión de Patrimonio el preceptivo permiso para quitar el azulejo con símbolos franquistas de la antigua Escuela de Magisterio y Práctica Aneja. De un tiempo a esta parte, en España, las leyes se han convertido en opiniones y unas veces son los golpistas catalanes los que justifican su incumplimiento y otras dejan de ver su obligatoriedad quienes no ven la necesidad de restablecer la Memoria Democrática.

La ley es la ley pero, además, en los argumentos de quienes defienden la permanencia del azulejo en el edificio de la calle Recaredo se ha deslizado un sofisma al poner su fabricación y colocación como parte de la obra original de Juan Talavera Heredia, lo cual es imposible al haber sido inaugurada en 1934, o sea, en plena República. El escudo nacional original es el que corona la fachada mientras el que se ha mandado retirar fue colocado, por tanto, para bautizar de franquista y ocultar que aquella institución fue, como el Retiro Obrero y tantas otras cosas, uno de los logros de la España republicana. Devolver a los sitios su verdadero pasado ha de ser la esencia de la recuperación de la Memoria Democrática. Los golpistas catalanes han podido encontrar audiencia a sus ideas porque, previamente, la Historia había sido sustituida por el mito.