La muerte del federalismo

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24 jul 2017 / 20:46 h - Actualizado: 24 jul 2017 / 20:46 h.

Entre las miles de reflexiones sobre el procés catalán han sido pocas las que se han hecho sobre algo que, sin embargo, debería ser muy importante: Cataluña puede estar dividida en dos mitades en la cuestión del SÍ o el NO a la independencia, pero lo que, realmente, se ha abierto paso en una supermayoría de catalanes –se llamen Pujol o Martínez– es que, se pregunte lo que se pregunte y se responda lo que se responda, incluso sin pregunta a la que responder, Cataluña es distinta y –¿por qué no?– superior: el mismo procés ya ha marcado subjetivamente una diferencia cultural, ética y estética de ellos con el resto de los españoles. Aunque parezca mentira estamos de nuevo ante la idea de la desigualdad nacional (la supremacía de unas naciones sobre otras), la más rancia del XIX y que condujo en el XX a las dos guerras mundiales, y, de nuevo, nos encontramos con una izquierda que, como en 1914, claudica olvidando el internacionalismo.

Entonces, en el campo del socialismo democrático, hubo una persona que se opuso decididamente a esa capitulación con armas y bagajes: se llamaba Jean Jaurés. Defendió contra viento y marea en el Parlamento francés que los socialistas no podían abdicar de sus principios en ese campo para convertirlos en meros instrumentos de táctica electoral. Lo mataron de dos tiros un 31 de julio, hace ahora 103 años, mientras cada nación animaba a sus soldados a morir por su particular patria. Hoy, aquí, segura y afortunadamente no morirá nadie. Solo la idea de una España que, desde el federalismo, avanzara en la igualdad.