La muerte que mató a la muerte

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03 mar 2018 / 22:50 h - Actualizado: 03 mar 2018 / 22:51 h.
"La trastienda hispalense"

La ciudad al completo palpita por los muchos acontecimientos que nos quedan por vivir en una pasión exclusiva, en la que para que no falte de ná, el martes trastocará los cuellos acostumbrados a ver al Cristo de la Buena Muerte, en el Gólgota de San Francisco, muriendo de frente, camino del seo hispalense, y este año casi no verán su perfil, todos aquellos cristianos agolpados en la trasera del Calvario de las ricas murallas del Banco de España, donde la Fuente del Mercurio de Illanes, huele a agua de calavera ante la expiración de Misericordia del Crucificado de Mateos Gagos, a tierra del Cerro del Desamparo y Abandono, águilas al acecho de que el gentío abandone el misterio del barrio donde Salvador Távora y Paco Herrera interpretan sinfonías de Dolores y lamentos a los pies de su Cruz, a Sangre de Calzada, rodeada de ángeles de Buiza... Sangre de morada penitencia, Sangre de redención y de clemencia, Sangre de calle Oriente y Cruz del Campo... Gracia y Amparo llenando, de Almas, el monte que este año confundirá al Laredo y al Mercantil, a Maquedano y Cerrajería, a Labradores y a El Cronómetro... Seis relojes que no marcarán la misma hora para Pilatos camino de Calvillo que de vuelta de la Punta del Diamante.

Y no hablo de crítica, eso será, ¡Dios no lo quiera!, el miércoles, desde que Malco sigue abofeteando a Cristo por la Plaza de San Lorenzo, Solo hablo de cambios que, buenos o malos, pueden ser positivos en pro de nuestro mejor ejercicio de pasión, pero que nadie me diga que la muchedumbre que abarrotaba la Alfalfa para ver al Ecce Homo de San Esteban y a la posterior Presentación de Jesús al pueblo, se van a volatilizar y no van a cambiar la noche por la tarde, que lo mismo es subir que bajar la Cuesta del Rosario... Y ya las Setas hablarán de la vuelta del Pretorio por Orfila, Laraña y Encarnación... Del resto, hablará la historia. De todas formas, Sevilla palpita al son de tambores y sinfonías costaleras de la mejor Semana Santa del Mundo.

Vivamos y disfrutemos de nuestra pasión y recordemos siempre las palabras de San Agustín: «En la Cruz... ¿Fue Cristo el que murió o fue la muerte la que murió en Él? ¡Oh qué muerte que mató a la muerte!».