La Puebla del Río es una localidad con muchas tradiciones muy arraigadas entre sus vecinos, que son amables, serviciales y generosos. Es curioso que lleve solo un mes corto viviendo aquí y que algunos me consideren ya cigarrero, es decir, ciudadano del pueblo, algo que me produce una enorme satisfacción porque no me gusta sentirme forastero en ninguna parte, lo mismo que me considero hermano de cualquier persona, haya venido de donde haya venido.
No estoy de acuerdo con Vox en que debamos expulsar a las miles de criaturas que están en situación irregular en Andalucía, porque nadie debería estarlo en ninguna parte del mundo. Recuerdo lo triste que me puse cuando un trianero de renombre como el bailaor El Mimbre, el hermano de la gran maestra del baile Matilde Coral, me dijo que, aunque viviera en Triana, nunca sería un arrabaleño legítimo, un trianero depura cepa.
Estoy por la labor de disfrutar de todas las tradiciones folklóricas de La Puebla del Río, incluso hasta de la suelta de toros que habrá estos días, aunque no sea muy partidario de ellas en ninguna parte. Creo que la mejor manera de conocer bien un pueblo y a sus habitantes es acercarse a sus tradiciones, disfrutar de su gastronomía, de sus costumbres y fiestas populares, porque son la mejor obra de las cigarreras y los cigarreras. Lo mejor de Andalucía son sus pueblos, sin duda alguna, y lo digo con propiedad porque los conozco casi todos.
Las ciudades me gustan menos porque el trasiego de personas de tantos lugares distintos les resta personalidad. La Puebla tiene un sello, como lo tienen Mairena del Alcor o Arahal, mi pueblo. Y, como decía el gran Juanito Valderrama, es bueno tener un sello, aunque sea de Correos. El lo decía refiriéndose a los cantaores, pero valdría también para los pueblos.