Malas artes las que ha utilizado la secretaria provincial del PSOE en el candente asunto del brote de xenofobia contra la población rumana de Pedrera. Muy mal tiene que tener el punto de mira Verónica Pérez –la que más mandaba en el PSOE, según ella– para utilizar un vídeo manipulado sobre unas declaraciones del alcalde y luego pedir su dimisión. Imagino que el todo vale de la política actual le llevó al PSOE a sostener aquello del que «la verdad no te mate una noticia» lo que supondría sacar rédito político del problema de Pedrera. Así de ruin creo que ha sido todo, mucho más si podemos leer en la prensa que los dirigentes locales del PSOE acompañaron a los ciudadanos al vuelco de los coches de rumanos y participaron de los improperios e insultos a Enrique Priego, párroco de la localidad, y al propio alcalde, y ello sin que el PSOE les haya mandado a sus concejales ni un solo mensaje de mesura y lealtad contra cualquier acto violento.
El bajonazo del PSOE y su posterior demostración de la mentira, cuyo único objetivo era aprovechar políticamente un problema xenófobo muy feo, creo que debiera hacer reflexionar al partido que gobierna Andalucía. Creo que no corren tiempos en Europa para echar gasolina a un tema tan delicado como la xenofobia, que ese es el caldo de cultivo perfecto para el discurso de la ultraderecha y que ese es un problema que nos deteriora como sociedad y nos aleja de la democracia. Nos lamentamos cuando la ultraderecha avanza y nos preguntamos cómo ha podido ser; quizás si no le robásemos el discurso otro gallo cantaría.