La reverberación

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Álvaro Romero @aromerobernal1
07 ago 2017 / 22:30 h - Actualizado: 07 ago 2017 / 21:27 h.
"Viéndolas venir"

El verano es, más que otra, la época de los espejismos, pero la vida no sería lo mismo sin ese trasluz con el que acariciamos los sueños sin pruebas de estar a este o al otro lado de la realidad. Desde la húmeda toalla, uno parece tocar Doñana al otro lado, pisarla con solo atravesar el charco en que se convierte el río por la bajamar de Sanlúcar. Y uno prefiere creer que es cierto sin comprobarlo. Desde esta orilla de agosto, los estudiantes se ilusionan con aprobar en septiembre sin abrir un libro, y sueñan con que es cierto. Hasta el Gobierno predica la bajada del paro con la esperanza de que nos traguemos el milagro sin pensar en octubre.

Con todo, la reverberación es necesaria. Esperanza y da sosiego. Al otro lado de las playas, miles de subsaharianos entornan sus ojos desde las pateras en que pierden el sentido y a veces la vida, y ven cosas que no son pero podrían. Mucho más allá, a cientos de miles de kilómetros, algunos sintonizan un partido de galácticos y finalmente consiguen vender sus camisetas acá, en una manta. Nosotros atisbamos un país donde los jóvenes no aspiren a convertirse en dioses de barro sin educación porque el mercado vende esos humos y convence bien, pero abrimos los ojos y vemos a nuestros jóvenes comprando las camisetas falsificadas en el top manta. Y entonces constatamos que el mundo es redondo, aunque no lo parezca. Aquí amanece, allí anoche y viceversa, aunque haya latitudes donde, tan injustamente, parezca que anoche mucho más...

Ya saben lo del color del cristal con que se mira. Lo malo es que cada vez parece haber más gente inconsciente de que se mira, necesariamente, desde la postura que determina una posición y no otra, desde donde se tiene cristal o no se tiene, de colores o en blanco y negro, propio o alquilado. Es que de saberlo depende que la realidad palpite a este o al otro lado del cristal... o que sea una realidad pintada sobre el cristal opaco.