La salvación

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31 mar 2018 / 21:19 h - Actualizado: 31 mar 2018 / 21:19 h.

Si Dios existe, y nadie ha demostrado lo contrario, necesariamente habrá de ser bueno. Tan bueno como el Padre del hijo pródigo que nos mostró Jesús. Un padre bueno que quiere la salvación de todos. Como dice el Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes (nº 32), al hablar de la solidaridad entre los hombres: «Esta solidaridad debe aumentarse siempre hasta aquel día en que llegue su consumación y en que los hombres, salvados por la gracia, como familia amada de Dios y de Cristo hermano, darán a Dios gloria perfecta». Sí, los hombres todos, salvados por la gracia. Porque por todos murió Jesús, como decían las palabras de la consagración del vino en la misa, en su traducción del latín después del Concilio: «que será derramada por vosotros y por todos los hombres». ¿A qué viene ahora el cambio propiciado por el Papa emérito y aceptado por el Papa Francisco de que «será derramada por vosotros y por muchos»? Creemos significativo el número de creyentes que no estamos de acuerdo y así lo queremos manifestar públicamente este pequeño grupo de profesionales universitarios sevillanos. Y lo hacemos siguiendo el mandato conciliar referido a los laicos y recogido en el nº 37 de la Constitución Lumen Gentium: los laicos «tienen la facultad, más aun, a veces el deber, de exponer su parecer acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia». Pues bien, no nos convencen las razones alegadas y creemos que poner el acento en «muchos» en lugar de remachar el «todos» nos indica muchas cosas, y ninguna es buena.