Tarragona está conmocionada por la horrible historia de Vida, una perra anciana, sorda y ciega que fue lanzada al mar, por sus dueños, metida en una bolsa de basura. Los socorristas trataron de reanimarla, pero murió. Los Mossos piden la colaboración ciudadana para localizar a los autores. Tendrán su castigo, sin duda. Según el Código Penal, les pueden caer hasta 18 meses de cárcel. ¿Y qué? Ni con la cárcel pagarían tanta crueldad con un animal indefenso al que, si estaba padeciendo, podrían haber sacrificado de otra manera. Es el hecho de que haya personas capaces de hacer algo así lo que duele y en nuestro país pasan estas cosas a diario: abandono masivo de mascotas, maltratos, vejaciones... De niño vi en Palomares el ahorcamiento de un perro por parte de su dueño y al acercarme me impactó la expresión del animal, aún con los ojos abiertos, como si su último pensamiento hubiera sido de estupor, de no haber entendido que le diera una muerte tan cruel. Vida habrá muerto queriendo a sus dueños más que a nada en el mundo, aunque fueran unos hijos de puta.