Las cotorras de Sevilla y el dilema del alcalde

El pasado mes de mayo el Ayuntamiento decidió exterminarlas tiroteándolas en la ciudad. Esta medida levantó polémica en algunos sectores de la ciudadanía y la ciencia

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04 nov 2017 / 21:52 h - Actualizado: 04 nov 2017 / 22:00 h.
"En verde"
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Si se consulta el concepto de dilema, por ejemplo en Wikipedia, encontramos que se define como una situación difícil o comprometida en que hay varias posibilidades de actuación y no se sabe cuál de ellas escoger porque ambas son igualmente buenas o malas. En relación con la cuestión de las cotorras de Sevilla, nuestro alcalde, Juan Espadas, tiene el problema de decidir cuál es el mejor camino para abordar una situación de poblaciones de cotorras que han alcanzado un número elevado de individuos. Necesita toda la información veraz que podamos suministrarle para tomar la mejor decisión al respecto. No nos cabe la menor duda que tomará la decisión que le parezca mejor, tras haber oído a todas las partes que tengan algo que decir, científicos, técnicos y ciudadanos; pero es preciso que la información que le llegue sea veraz, sólida y sustanciada. No deseamos sobredimensionar el problema de las cotorras, pero si hay que resolverlo. Las cotorras no son el gran problema ambiental de la ciudad de Sevilla, ni mucho menos. Sevilla arrastra problemas no resueltos anteriormente y con los que se ha encontrado este Alcalde en unas condiciones económicas restrictivas y con imposibilidad de contar con todos los expertos que quiera para abordar los problemas desde el conocimiento.

Sevilla tiene problemas ambientales, en sentido amplio aunando sociedad y ecología. Un sistema verde urbano que necesita un mejor tratamiento, mas sombra y agua, inauguraciones de espacios tipo Expo92 donde no se puede estar, pobreza, diferencias sociales graves, barrios abandonados con equipamientos deficitarios, mala calidad del aire en algunos puntos de la ciudad, demasiado analfabetismo, y otros muchos. El Alcalde de Sevilla tiene demasiados frentes importantes que abordar. Por eso, no sobredimensionemos el problema de las cotorras en Sevilla. Debemos suministrar a D. Juan Espadas y su equipo material informativo, con base científica, adecuado para que tome la mejor decisión; y la sociedad civil debe colaborar mediante los medios de participación que haya que establecer, atendiendo todas las sensibilidades.

El pasado martes, día 31 de octubre, se celebró en Sevilla el Día Mundial de las Ciudades, bajo los epígrafes Mejor Ciudad, Mejor Vida, Gobernanza Innovadora, Ciudades Abiertas. Al acto de inauguración acudió el Rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro. Haremos referencia aquí a las palabras del al y su modelo de ciudad, consciente de que una mejor ciudad genera una mejor vida de sus habitantes, y de que la gobernanza, investigando nuevos caminos, es esencial. Juan Espadas tiene un proyecto denominado Ciudad Saludable que trata de establecer una metodología sobre cómo mejorar aspectos concretos de la vida ciudadana. No es teoría, es pura praxis sobre una sólida teoría, como tiene que ser. Se está realizando una experiencia piloto en la Avenida de El Greco en el Polígono de San Pablo que pondrá de manifiesto cómo se hacen las cosas pensando en las personas. Existe un modelo concreto de ciudad con el que se pretende consigamos, entre todos, el título de Ciudad Verde Europea.

Volvamos a las cotorras. En Sevilla hay dos especies de cotorras, ambas consideradas especies invasoras, la Cotorra de Kramer y la Cotorra Gris Argentina, la primera mucho más numerosa que la segunda. Las dos especies incrementan su número en la ciudad, cuestión anunciada desde hace muchos años, y sobre la que ya incidíamos en nuestro libro Calles Aladas, del año 2006. El problema se conoce desde hace muchos años (más de 15 años) y no se ha hecho nada. La existencia de estas especies invasoras en la ciudad tiene incidencia ambiental y ecológica y ha sido denunciada por los científicos. El problema de conservación del nóctulo y de los cernícalos es anterior a la presencia masiva de las cotorras. Desde hace años los excelentes investigadores de la Estación Biológica de Doñana llevan estudiando el tema avisando de los problemas que se generan en relación, por ejemplo, con el nóctulo y los cernícalos primilla.

El problema de conservación del nóctulo y de los cernícalos es anterior a la presencia masiva de las cotorras. El problema de las cotorras y su elevado número existe en muchas ciudades y ha sido abordado de forma diferente en cada una. El pasado mes de mayo el Ayuntamiento de Sevilla decidió exterminar las cotorras tiroteándolas en la ciudad. Esta medida aplaudida por algunos levantó polémica en algunos sectores de la ciudadanía y la ciencia. Y se abrió un debate estableciéndose, a instancias del Ayuntamiento, una mesa de participación donde muchos colectivos, incluidos los defensores de los seres sintientes y animalistas, pudieron opinar junto con los técnicos municipales responsables y los políticos.; un modelo de gobernanza innovadora. Hay muchos sectores en desacuerdo con la matanza masiva de las cotorras en los parques de Sevilla, incluidos científicos y ciudadanos sensibles. El propio papa Francisco en su Encíclica Laudato Si´ llama al cuidado de la casa común y a la protección de la vida, llamándonos a ser co-creadores del mundo natural. Vuelven los tiempos de la llamada a los tiros.

El martes 31 de octubre, en el Diario de Sevilla aparecía un artículo donde se manifestaba que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio abogaba por la matanza de cotorras tiroteándolas con carabinas y mira telescópica como única manera eficiente y rápida de acabar con el problema. Es cierto, es rápida y barata, pero eso no significa que sea la correcta. Estamos seguros que el Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, un magnífico Consejero en el que confiamos, no ha dispuesto de toda la información posible sobre el tema. El tiroteo como medida es muy discutible. Hemos podido tener acceso a la información en tres ciudades importantes Madrid, Zaragoza y Barcelona e invitamos al alcalde de Sevilla que revise, junto con los expertos que sea preciso, la información generada por la experiencia en otras ciudades antes de tomar una decisión sobre las cotorras; y que establezca cauces de participación con los movimiento sensibles a la vida animal de la ciudad de Sevilla. En algunos colegios de Sevilla hay una cerámica que invita a cuidar las aves de la ciudad. No podemos actuar sobre la vida y sobre los seres sintientes con ligereza, la medida planteada no es nada estética y para algunos tampoco ética.

El tema no es sencillo, hay que hacer algo, pero hagamos lo más correcto. No parece un camino sensible, o una vía que nos conduzca a la Ciudad Verde la actuación masiva con carabina sobre las cotorras, habiendo soluciones alternativas, además de proteger al nóctulo y a los cernícalos. ¿Dónde acabarán las cotorras ensangrentadas? ¿Qué ejemplo de educación ambiental y sensibilidad vamos a dar? Hay que estudiar el tema con sensatez y el alcalde Sevilla ha demostrado con largueza tenerla. Confiamos en él y en que sabrá encontrar, con la ayuda de todos, el mejor camino para la solución de un problema que, sin ser el principal problema de la ciudad, es una cuestión que hay que resolver. En Sevilla hace falta de manera urgente un plan integral de la fauna urbana, y el Ayuntamiento tiene que acometerlo.