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Las ‘mareas blancas’ y el Colegio de Médicos

Las fusiones de centros hospitalarios en distintas provincias andaluzas han dado lugar a las quejas de los profesionales perjudicados

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19 dic 2016 / 08:56 h - Actualizado: 19 dic 2016 / 09:05 h.
"Salud pública","Tribuna"
  • Las ‘mareas blancas’ y el Colegio de Médicos

Por el Observatorio de la Sanidad del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla

Desde hace ya bastantes meses, los medios periodísticos han popularizado el término mareas, relacionándolo con movimientos populares y muchas veces populistas, que toman las calles de nuestras ciudades, como expresión de desacuerdo e incluso de presión contra cualquier Administración que a juicio de los ciudadanos que asisten a ellas, no esté resolviendo con eficacia o eficiencia los graves o medianos problemas que la vida diaria ofrece.

Ahora le toca a las mareas blancas, como símbolo de disconformidad de las políticas y gestión de las autoridades sanitarias de cualquier Administración autonómica. Sin perjuicio de las graves deficiencias estructurales y organizativas, que puedan existir y que de hecho existen, ocasionando un grave perjuicio en la vida de tantas familias que tienen la desgracia de tener entre sus miembros a algún enfermo, la pérdida de tiempo en burocracias y esperas diagnosticas y terapéuticas; las tantas veces prometidas y definitivas soluciones y casi nunca conseguidas, en asuntos de capital importancia como son: la falta de camas hospitalarias, la precariedad laboral de los profesionales sanitarios, la nula receptividad de las propuestas de Sociedades Científicas Médicas, la falta de especialistas en determinadas especialidades los recortes económicos de todo tipo y muchas más, acaban provocando una desmotivación severa de los propios profesionales, lo que se traduce en una situación anímica en la ciudadanía de una pérdida progresiva de confianza en la capacidad y modelo sanitario del sistema vigente.

Pero por encima de estos legítimos movimientos ciudadanos espontáneos y difícilmente no orquestados, y ya nos centramos en nuestra Comunidad Autónoma Andaluza, por encima de problemas comunes a todas las provincias, existen suficientes motivos en casi todas, para que el descontento se haya puesto de manifiesto de una forma muy notoria en alguna de ellas.

Granada ha sido la iniciadora e inspiradora de estas mareas blancas en Andalucía, siendo secundadas al poco tiempo por Huelva y Málaga. Todas han tenido y tienen motivos para protestar a juicio de los profesionales médicos, por una gestión equivocada estructural y organizativamente. Pero no solamente son los profesionales de la sanidad los perjudicados. Los procesos de fusión de servicios y centros, origen de las mayores quejas de los pacientes y usuarios, han sido el detonante de la situación actual de descontento. Y ya se hacen cábalas de cuánto tiempo tardará Sevilla como capital de Andalucía en unirse a estas manifestaciones. Y dicho sea de paso, también Sevilla, tiene motivos para quejas, con datos y cifras que expondremos más adelante.

Muchos ciudadanos y organizaciones de distinto signo ideológico, acusan a los Colegios Médicos de inacción y a veces de colaboración silenciosa con el Servicio Andaluz de Salud. Pero seamos sensatos. ¿De verdad conocen los ciudadanos, organizaciones y Asociaciones de todo tipo, los años que hace que los Colegios Médicos Provinciales, amparados en el Consejo General de Colegios Médicos Andaluces, estamos demandando cambios drásticos en las políticas sanitarias?

¿Son conscientes de los ofrecimientos de todo tipo que los Colegios Médicos ofrecen al SAS desde hace años, para alcanzar consensos y acuerdos que palien o solucionen las deficiencias del sistema sanitario público andaluz?

¿Conocen los ciudadanos que las primeras obligaciones de los Colegios Médicos es velar por la buena praxis de sus profesionales, y a continuación garantizar la salud de la ciudadanía? Pues bien, todavía estamos esperando contestación a nuestras demandas y por ello es absolutamente imprescindible que toda la colegiación médica unida en torno a su Colegio Profesional, demande con energía soluciones a las diferencias carencias comentadas.

Los Colegios Médicos como Corporación que son de Derecho Público, tienen el deber y el derecho de poner de manifiesto cuantas medidas consideran oportunas y necesarias para que la Administración Sanitaria funcione de una formas más eficaz y eficiente, salvaguardando siempre el Código de Ética y Deontología Médica que todo colegiado médico debe guardar durante toda su vida profesional.

Y ahora centrémonos en la capital hispalense. Como ya hemos expresado en numerosas ocasiones anteriores ante las autoridades sanitarias provinciales e incluso ante la máxima autoridad municipal de la Ciudad, Sevilla es la capital de provincia que más carencias ofrece en grandes temas sanitarios que exponemos a continuación.

¿Saben los sevillanos, que Sevilla sigue siendo la ciudad europea de su nivel, junto al centro de Grecia y el Alentejo portugués, que tiene peor índice de camas hospitalarias públicas, por cada mil habitantes?

¿Conocen los sevillanos, que las listas de espera tanto en procesos diagnósticos como terapéuticos, incluidos los procesos quirúrgicos, no solo no han disminuido, sino que han aumentado, tanto en procesos considerados de poca gravedad clínica, como en los de pronóstico grave? Y eso a pesar del famoso Decreto de Garantías sobre el tema, puesto en vigor hace años y que en muchas ocasiones se convierte en un lento y prolijo proceso burocrático que hace abandonar a los usuarios que iniciaron los trámites para conseguirlo?

¿Saben igualmente los afectados que según noticias aparecidas en periódicos locales y regionales las listas de espera pueden ser manipuladas, mediante estrategias informáticas, que impiden una valoración real de sus cifras?

¿Han oído hablar de la denuncia presentada por un funcionario sindical de un hospital onubense, aparecida en los medios de comunicación de Huelva, sobre la circular emitida desde una Dirección General del SAS sobre estrategias para enmascarar las listas de espera?. Asunto que aun está en trámite judicial.

¿Conocen los sevillanos que en una encuesta efectuada desde el Colegio de Médicos de Sevilla, se les preguntó a los médicos hospitalarios de Sevilla si estaban a favor o en contra de la fusión de hospitales, siendo amplia la mayoría entre los que la rechazaban?

¿Han tenido conocimiento los sevillanos de que importantes patologías de gran transcendencia social, como son las geriátricas, las han integrado en Servicios de Medicina Interna, ya suficientemente saturados, con el correspondiente aumento del tiempo para ser atendidos? ¿O que las consultas sobre Colagenosis y patologías afines habían sido integradas en otras especialidades, igualmente saturadas?

No quisiera acabar esta somera visión de la sanidad sevillana y andaluza en general sin tocar dos puntos clave: la atención primaria y la pediatría.

¿Saben cuántos pediatras hacen falta en Sevilla y Andalucía para cubrir las necesidades más elementales? Pues nada menos que doscientos en Sevilla y cerca de mil en Andalucía. Además de las clásicas carencias en anestesiólogos cirujanos generales, médicos de familia y radiólogos.

Y en cuanto a la Atención Primaria, pieza básica de todo el sistema sanitario, exige una reestructuración largamente demandada desde hace años. Por poner un ejemplo. Si los especialistas de AP demandaban ampliar el tiempo de atención a los pacientes un mínimo de diez minutos, no solo no se le has concedido sino que hay órdenes de que se rebaje a cinco el tiempo máximo que hay que dedicarle a cada paciente. ¿Alucinante no?

Y como los médicos somos personas con responsabilidades y familias, he de referirme obligatoriamente a las condiciones de trabajo y a las retribuciones.

Es inadmisible que la Administración sanitaria ofrezca condiciones de trabajo, con contratos, por semanas, por meses y hasta por días que no serían admitidas por la Inspección del Ministerio de Trabajo en una empresa privada, si bien es cierto que en los últimos meses se están produciendo en determinados sectores coyunturales, mejoras en ese aspecto. Y ello sin hablar de retribuciones no acordes a la responsabilidades asumidas por los profesionales sanitarios, pues si bien existen multitud de conceptos, como complementos, guardias, exclusividades etc., todo lo que hacen es enmascarar la pobreza de unos sueldos base sonrojantes, que además dificultan o hacen casi imposible una mínima conciliación familiar. A pesar de ello los médicos españoles de la sanidad pública son los peor pagados de Europa y los andaluces los peores de España.

Y por si hubiera pocos temas para el descontento sanitario y ciudadano en general entre los sevillanos, quedan algunos mas como, el abandono y desmantelamiento total del Hospital Militar, sin buscar una salida necesaria al tema. La falta de noticias sobre el traslado del ambulatorio de Mallen, que tiene agobiados a los vecinos, o el prometido Centro de Salud en el solar del derruido Equipo Quirúrgico. Y ello sin hacer mención de la progresiva perdida de eficacia clínica que se está haciendo del Hospital Virgen Macarena, disminuyendo la cartera de servicios o haciendo recortes en el personal sanitario a todos los niveles, no cubriendo las bajas maternales o por enfermedad, sin llegarse nunca a las tasas de reposición que por acuerdos sindicales están vigentes. Por otro lado, son recurrentes en este y otros Centros sevillanos, el cierre de camas en épocas estivales con argumentos tan poco fiables como que los pacientes no quieren ingresar en los meses de verano, para resolver sus patologías de todo tipo, incluso las de grave repercusión de su salud.

Recientes acontecimientos aparecidos en la prensa local, nos hablan de la súbita desaparición de la Unidad Funcional de Epilepsía, que además de dar asistencia a cerca de mil pacientes, se había convertido en un Unidad de Investigación de proyección nacional. Igualmente se anuncia en los medios la remodelación completa del área de urgencias, desconociéndose por muchos que dicha remodelación con los diferentes planes estructurales sufridos, ha tardado mas de diez años en ser completada, algo que nos parece excesivo.

Hemos de reconocer públicamente que la actitud de diálogo de la Consejería de Salud y la Gerencia del SAS en los últimos tiempos ha sido mucho más cordial, sincera y constructiva que en épocas pretéritas, pero una cosa es oírnos y otra es escucharnos, porque los problemas siguen sin resolverse, y no parece que la existencia de un único equipo gerencial para los dos grandes hospitales sevillanos, Virgen del Rocío y Virgen Macarena, haya contribuido a solucionar problemas o a motivar al personal sanitario.

No podemos estar de acuerdo en la teoría de que gran parte de los fallos del sistema andaluz proceden de los recortes del Gobierno central, pues las deficiencias estructurales y organizativas antes comentadas eran anteriores a los recortes del Gobierno central y alguna que otra vez, se han incrementado los recortes desde la propia Consejería de Salud y el SAS, referidos a personal, a medios técnicos o a simples adquisiciones de medicamentos como las famosas subastas, que tanta confusión y perjuicios está ocasionando en amplios sectores de la población, como por ejemplo son muchos los pacientes de edad avanzada, incapaces de distinguir si el medicamento suministrado es el mismo que estaban tomando y a las mismas dosis, subastas con las que no están de acuerdo, ni médicos, ni farmacéuticos ni usuarios. Por cierto, ¿se hacen controles de esos medicamentos, la mayoría provenientes de países cuando menos exóticos y desde luego no a la cabeza de la industria farmacéutica europea?. Anecdóticamente pero como ejemplo, contamos escenas de un cierto descontrol. Diversos medios de comunicación publicaron hace escasas semanas, que recipientes de medicación utilizados en la red hospitalaria del SAS, tenían sus folletos explicativos en ucraniano.

Los Colegios Médicos no tenemos la misión de ser mareas de nada, sino de utilizar los recursos legales para reclamar una sanidad pública digna, eficaz y eficiente para todos los andaluces.

No debemos, no podemos y no queremos ser el instrumento del que se valen organizaciones de ciudadanos, algunas de buena voluntad, pero otros hábilmente manipulados, para conseguir desestabilizar la sociedad y sacar réditos políticos no suficientemente explicados.

El Colegio Médico de Sevilla, apoyará las justas y lógicas reclamaciones de los ciudadanos que en los últimos años están sufriendo las consecuencias de una crisis económica mundial de muy difícil e incierta solución, pero existen determinadas aéreas, dentro del eufemismo del estado de bienestar, como es la atención sanitaria, que no puede verse mermada en ningún caso por su extraordinario valor humano y social, ni sometida a maniobras gerenciales de claro matiz economicista, alejadas del inapelable derecho de que todo ciudadano debe de disponer de una Sanidad pública eficaz y eficiente.

El conjunto de los profesionales sanitarios, sindicatos del sector, asociaciones de pacientes e incluso vecinales forman un poderoso estado de opinión con fuerza suficiente para ser oída por la Administración sanitaria.

El Colegio Médico de Sevilla a través de su Junta Directiva, tiende la mano a la Consejería de Salud y al SAS, a las fuerzas sindicales y a toda la ciudadanía para ayudar a solucionar los graves problemas que nos afectan a todos los sevillanos, pero desde el mutuo respeto y desde el firme convencimiento de que los profesionales de la salud, somos los más indicados e interesados en mantener una excelente sanidad pública.