Cuando llevamos un perro a casa tenemos que ser conscientes de que es un ser vivo que necesita cariño, tiempo y atenciones. No es un cuadro que se cuelga en la pared o una maceta a la que solo tenemos que regar dos o tres veces a la semana. Estos días he recibido ofrecimientos desde distintos lugares de España para que acepte tener otro perro en casa y me he negado en rotundo porque necesito tiempo. En cuanto pasen unos meses empezaré a ver la posibilidad de adoptar un perro que necesite un buen hogar y alguien que le dé mucho amor, el que merecen estos animales únicos por su lealtad y entrega total. En España somos muy aficionados a las mascotas, pero no acabamos de ser un país mentalizado para que les demos un buen trato; se abandonan decenas de miles cada verano y esto es algo que dice poco en nuestro favor. La calidad de un país no se mide solo por su poder económico y sus servicios, sino también por el respeto a los animales y el trato a las mascotas. Nadie está obligado a tener un perro o un gato en casa, pero si se tienen, que sea como Dios manda.