Las palabras del exilio

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Álvaro Romero @aromerobernal1
20 feb 2017 / 22:28 h - Actualizado: 20 feb 2017 / 22:28 h.
"Viéndolas venir"

La primavera de 1939 se quedó en teoría en una España grisácea que alargaba entonces su invierno mucho más allá de aquel año, mientras cientos de miles de españoles iban, «abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar», que había profetizado Antonio Machado mucho antes de que sus propios huesos descasaran hasta hoy en un pueblecito del Pirineo francés. Al menos de aquel poeta que azotó con su endecasílabo a la España de charanga y pandereta supimos luego su camino sin regreso y su canción, pero la inmensa mayoría de los intelectuales fue olvidada, y no porque como León Felipe se exiliara voluntariamente porque «la tierra y el pan y la luz ya no son míos», sino porque la España franquista limitó su nómina de autores a los que cabían en el cuadriculado pizarrín de sus escuelas y la España de la democracia, luego, se preocupó mucho más de recuperar los huesos que las palabras. Por eso nuestra empobrecida historia cultural sigue estudiando el rico torrente intelectual de un siglo XX partido en dos desde la perspectiva maniquea de quienes aquí protestaron o callaron. De los que siguieron ofreciendo su enriquecida visión de la vida en toda su extensión más allá de nuestras fronteras muy poco se ha sabido hasta ahora, con las honrosas excepciones de Rafael Alberti, Luis Cernuda o María Zambrano.

Hubo muchos más. Muchísimos. Tantos como para un Diccionario bibliográfico del exilio republicano de 1939, la obra de más de dos mil páginas que acaba de publicar un grupo de la Universidad Autónoma de Barcelona bajo la dirección de Manuel Aznar y José Ramón López. No lo publican en Cataluña, sino en la editorial sevillana Renacimiento. Los cuatro tomos abordan escritores, obras, editoriales y revistas en las cuatro lenguas de nuestro estado. Todo lo que tal vez hubiéramos debido estudiar mucho antes para que esta España fuera otra España. ~