Las tres letras

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26 nov 2015 / 16:19 h - Actualizado: 26 nov 2015 / 17:48 h.
"Sevilla FC","Alguien tenía que decirlo","José María del Nido","José Castro","Monchi","José María del Nido Carrasco"

La disputa que mantienen José Castro y José María del Nido Carrasco a cuenta de la disolución de Sevillistas de Nervión, la sociedad que aglutina más de un 22% de las acciones del Sevilla, crece de manera inversamente proporcional a como decrecen los resultados del equipo en el terreno de juego. A las puertas de la junta general de accionistas, Castro se encuentra con una querella en su contra puesta por Del Nido y éste con una denuncia puesta por el presidente a cuenta de la supuesta irregularidad en el traspaso de acciones de su padre a él. Para colmo, la afición está de uñas y empieza a hartarse de una situación surrealista que amenaza con torpedear la estabilidad de un club con evidentes éxitos deportivos y económicos. No es normal.

A cuenta de la decepción deportiva de ver al Sevilla eliminado sin pena ni gloria de la Champions League y el 11º en la Liga, el director deportivo Monchi ha proclamado un mensaje de orgullo: equipo, entrenador, afición y dirección del club –al menos la deportiva– unidos. Unión en los momentos difíciles. Precisamente esa palabra es la que tienen que aplicarse presidente y vicepresidente. Pero de verdad, no de cara a la galería. Es obvio que en la junta todos votarán favorablemente a la gestión: es excelente y tanto Del Nido Carrasco como Castro son partícipes de ella. Pero la necesidad de unión viene por otro lado.

Me consta que Castro, más allá de sus defectos, es una persona que rehúye las confrontaciones, que intenta siempre mediar en conflictos –por ejemplo con los Biris y Del Nido Benavente– y que tiene una virtud muy poco valorada: cero ego y dejar hacer a los que saben. No es un líder en el Sevilla ni tiene por qué serlo, aunque se eche en falta más personalidad en determinados momentos como puede ser el actual o en temas como el de los insultos en el estadio y las multas que llegan desde la LFP. Y me consta igualmente que Del Nido Carrasco aporta mucho más de lo que llega al exterior en el día a día del club, además de ser una persona preparada para las labores que desempeña dentro del Sevilla. Es injusto comparar a ambos con Del Nido Benavente, para lo bueno y para lo malo. Hablando exclusivamente del Sevilla, ninguno tiene el carisma, valentía y capacidad de liderazgo del expresidente. Y creo que ninguno de los dos, ni Castro y Del Nido Carrasco, tienen tantas ganas de esta guerra como parece que sí tiene aquel.

De ahí que lo más probable es que toda esta marejada de acusaciones, demandas, querellas y ruido de sables intente ser frenada –que no detenida– tanto por Castro como por Del Nido Carrasco antes del 9-D. Están destinados a entenderse en un mínimo suficiente como para no hacer estallar el Sánchez-Pizjuán desde dentro. Es la unión que todo el entorno del Sevilla les reclama. Es la desunión que tratarán de aminorar antes de la junta. Tengo entendido que habrá varias tomas de contacto para ello y me parece perfecto. Que José Castro, presidente del Sevilla, tenga que declarar como imputado por un supuesto delito cometido contra José María del Nido Carrasco, vicepresidente del Sevilla, no es propio de la entidad. Tampoco que José Castro, un hombre de consenso, se vea empujado por las circunstancias –como así me consta– a preparar la forma legal de quitarse de en medio a Del Nido Carrasco en la junta. Precisamente el 9-D se proclamará un nuevo emblema oficial para la entidad: las letras S, F y C. Pues eso, sólo eso: Sevilla Fútbol Club.