Viéndolas venir

Las Vírgenes no quieren fajines

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Álvaro Romero @aromerobernal1
09 abr 2019 / 08:04 h - Actualizado: 09 abr 2019 / 08:10 h.
"Viéndolas venir"
  • Las Vírgenes no quieren fajines

Se los ponen porque las Vírgenes no dicen nada; respetan con sus silencios la libertad de los hombres, pero todas esas Vírgenes obligadas a portar fajines de dictadores e incluso genocidas derraman una lágrima sucinta, puede que invisible, impotente, cuando cada Semana Santa las aprovechan determinados personajes para lucir sus prepotencias, sus influencias y sus dineros, todo lo cual no importa lo más mínimo a esas Vírgenes que se multiplican como los sentimientos infinitos para explicar a cámara lenta qué sintió la única Virgen de la que trata esta Semana Santa: María.

María de la Soledad, como tantas mujeres solas; María de los Dolores, como tantas mujeres a las que les duele el alma por tantos dolores a veces inexplicables; María de las Angustias, como tantas mujeres angustiadas también por tener que demostrar lo que no sienten, lo que no piensan, lo que no son.

Las Vírgenes no quieren asfixiantes fajines comprados en el simbolismo doliente de quienes machacaron a los pobres, a los desgraciados, a los humildes, a los inocentes, porque todos ellos representan precisamente a su Hijo. Y es una burla, una paradoja, un contrasentido, un escándalo que determinadas Vírgenes tengan que aceptar regalos que nunca pidieron ni nunca soñaron ni nunca admitieron para rezar en una Semana que es Santa de señoras bien pagadas.

El Arzobispado de Sevilla, que tanto gusta de meterse en berenjenales cofrades, o de quejarse de los que no le apetece meterse, tiene la responsabilidad de regular qué, quién, cómo y por qué le puede hacer regalos a la Madre de Dios. Porque en caso contrario, aunque no haya consecuencias penales -como les ha ocurrido a determinados partidos políticos en sus peregrinas financiaciones- puede haber consecuencias morales, que son muchísimo peores.