Lecturas

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31 may 2017 / 22:27 h - Actualizado: 31 may 2017 / 22:30 h.

La lectura es una de las prácticas culturales preferidas de los españoles y andaluces, tanto que el 62,2 por ciento de los primeros reconoce leer. Según los índices de lectura de la Unesco, el país que más horas dedicar a leer, aunque nos parezca extraño, es India. El segundo China y el tercero Filipinas. Nuestro país se encuentra en el puesto diecinueve, en el entorno de Arabia Saudita, Polonia o Argentina, y más elevado que Italia o Inglaterra. No por esto debemos sentirnos cómodos, pues, leer nunca es suficiente para reconfortar el espíritu de los seres humanos.

Nuestro país es una potencia editorial de primer orden, donde se factura en ventas de libros más de seis millones de euros, con una producción de supera los 600.000 ejemplares y entre los grupos más lectores se encuentran los jóvenes y los adultos menores de 34 años.

Cuenta diferente es qué leemos. Según los datos del último informe El Sector del libro en España (MECD), más de 54 por ciento son libros de texto o literatura, un 9 por ciento son libros de bolsillo y un 19 por ciento infantil y juvenil. Andalucía está situada en el tercer puesto de libros editados, aunque en el cuarto por libros vendidos y cada vez avanza más la lectura sobre soporte digital, ya el 17,7 por ciento, frente al papel que representa el 59,9 por ciento. Quizás, como decía Vázquez Montalbán, el veinte por 20 de los lectores compran el 80 por ciento de los libros. Sí es cierto que la industria del libro representa el 39,7 por ciento de toda la industria cultural, que factura un total superior a 26.000 millones de euros.

Estamos, por tanto, en un país donde alcanzamos unos índices de lectura en la media de la UE y muy por encima en el sentido industrial. Y es que todos estos años de impulso de la afición lectora da resultados. Otra cuestión es asumir que la lectura tiene en este tiempo una diversidad que nunca tuvo anteriormente: tablet, teléfonos, ordenadores son nuevos soportes que van sustituyendo el tradicional leer en papel.

Aunque decir esto parece en contradicción. Es necesario seguir con las acciones dedicadas a fomentar la lectura en los ámbitos infantil y juvenil dado que es claro que, mientras más niños lean más adultos leerán, y sobre todo, que ver a los adultos leyendo produce jóvenes y pequeños lectores. El ejemplo es la mejor educación.