Los límites del feminismo

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11 ago 2017 / 22:09 h - Actualizado: 11 ago 2017 / 22:09 h.

Me arriesgo a pensar, a reflexionar, me arriesgo a analizar la raíz podrida de lo que no funciona, lo que es de máxima alerta pero es consecuencia no causa, me arriesgo a disentir, a tener matices, me arriesgo a desentrañar la madeja aunque esté bien liada, para redefinir el presente y el futuro, me arriesgo a no ser entendida, a pagar ese precio. Tengo que arriesgarme a bucear por el corazón y el alma de las estrategias del patriarcado, del capitalismo, y del social liberalismo, para identificar con precisión cómo reorientan a algunas mujeres, a trozos de la sociedad, a parte del movimiento feminista, y no es que estén domesticados, ni muchísimo menos, es que consiguen que lo urgente paralice lo importante.

Es salvaje cómo actúa el poder, son artesanos del máximo nivel del oficio de titiriteros para subirnos en los carros sin que tengamos conciencia del espejismo. Que no vamos en carrozas, de autonomía, ni de solidaridad, solo somos números aleatorios que pastorean como buenos falsificadores de obras de arte. Nos están convirtiendo en ciudadanía reactiva, frente a agresión respuesta, y como no dejan de agredirnos, nosotras porque es nuestra responsabilidad, porque tenemos sangre en las venas, nos dedicamos en cuerpo a defender a las nuestras. El conflicto se recrudece cuando nos centramos casi en sobrevivir, sabiendo que mientras se está haciendo política a costa de nosotras, perpetuando los roles de género, y avanzando en un sistema cada vez más perverso, donde se naturalizan todos los machismos, y solo escandaliza la punta del iceberg, que aun siendo expresión máxima, no es la totalidad.

El feminismo es irreconciliable con un sistema como el que domina en este país, el feminismo es incompatible con cualquier orden político que beba de las fuentes del patriarcado. El feminismo es político y lucha nítidamente contra los poderes, que además de aniquilarnos nos debilita diariamente en miles de facetas laborales, sanitarias, educativas, y mediáticas. Más allá de tirar ambos la bolsa de basura al contenedor por las noches; o seremos lo que está diseñado en su guión, agentes reactivos de parcelas de esta secular ofensiva que es tener a la mitad de la población subordinada, y a su movimiento dedicado a responderle porque son incansables, además de ralentizarnos para hacer política feminista con mayúsculas para cambiar la médula de esta sociedad incompatible con la igualdad, poniéndonos cerrojos invisibles, y marcándonos los límites del feminismo. ~