Con más empatía y colaboración si cabe, hoy, Viernes de Dolores, cuando a todos nos desasosiega la monstruosidad perpetrada por el piloto Andreas Lubitz, hoy debe darle Sevilla la bienvenida a Lufthansa, la gran aerolínea europea, que este fin de semana inicia el servicio de vuelos directos Frankfurt-Sevilla y Munich-Sevilla. Ayer comenzaron su periplo sevillano diez representantes de compañías alemanas del sector turístico que han aterrizado de la mano del Convention Bureau para descubrir la ciudad y llegar a posibles acuerdos para organizarles a sus clientes viajes y eventos. Para el desarrollo de Sevilla es crucial conectarse con aeropuertos de primer nivel que propician viajes más rápidos. Los de Frankfurt y Munich suman conexiones con 156 ciudades de todo el mundo.
Willkommen, Lufthansa. Empresa de 20.000 trabajadores, en la que sus 5.400 pilotos manejan 279 aviones con un promedio diario de 230.000 pasajeros dispuestos a confiar en el prójimo. Willkommen a Sevilla, también hoy, cuando dentro y fuera de Alemania nos devanamos los sesos buscando una caja negra en el cerebro de Lubitz para descifrar por qué estrelló sin piedad 150 vidas en los Alpes.
Qué no darían hoy todos los familiares de los fallecidos para rescatarlos del horror y hablar con ellos de turismo, de aviación, de psicólogos, de selección de personal. Del amor a la vida. De los abismos de la condición humana. De lo que están hablando millones de personas que hoy se subirán a aviones que sí llegarán a un destino de maletas y taxis.