Los medios y los días

Maduro, Sánchez y el blanco y negro

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11 feb 2019 / 08:21 h - Actualizado: 11 feb 2019 / 08:24 h.
"Los medios y los días"
  • Pedro Sánchez en un acto este domingo en Santander. / E.P.
    Pedro Sánchez en un acto este domingo en Santander. / E.P.

Mire, Pedro Sánchez, la que le han formado en blanco y negro, es decir, en el Neo NO-DO de la Plaza de Colón. La fotografía en blanco y negro y el cine en blanco y negro aún están de moda, es más, el cine en blanco y negro gringo, mexicano o argentino que veo con agrado en mi tableta de Apple, se ve y se escucha mejor que el de color que tanto ha promovido su partido para adoctrinarnos en ideología de género y en supuestas solidaridades. Donde esté un contraluz en blanco y negro que se quiten los colorines. Su mundo, Pedro Sánchez, es el mundo de Yupi, rodeado siempre de fantasías, ha intentado usted jugar a Harry Potter con gente que ha demostrado ser aún más infantil que usted y por eso el diálogo se ha roto, lo siento por mi país pero no tienen ustedes talla para mantenerlo unido en su indudable diversidad. Hay algo muy claro en estos tiempos, algo que viene de antiguo: el nacionalismo lleva a la muerte, a la confrontación, a la supremacía, al imaginario de ser de mejor raza que el resto. Siempre ha sido así.

No sé si ha caído usted en la cuenta, presidente -porque es usted mi presidente hasta que un proceso legal diga lo contrario-, de que, a pesar de que para usted el presidente de Venezuela es Guaidó, sus circunstancias originan que se parezca usted más al otro presidente al que ha traicionado, a Maduro. Observando la que le están formando por actuar como presidente, comprendo mejor lo que intentan hacerle a Maduro. Si a usted, por querer subir los impuestos a esos que llama “los ricos”, se la lían de esta manera a través de un gancho emocional que vende más como es la unidad de España, imagínese a Maduro y al chavismo en general que no sólo pretenden que los ricos paguen sino que aspiran a gobernar sobre sus recursos naturales y coquetean con Cuba, Rusia y China. Ahí está usted, como buen tonto útil, ni es usted socialista ni capitalista, se ha quedado en la nadería, es usted la derecha sonriente que ha perdido la sonrisa y sus señores de la derecha vetusta no le admiten en su club, como a Maduro pero en pequeño, usted es Madurito solamente, no está aún Maduro pero vaya si se estará usted fortaleciendo a base de palos. Aznar se fortaleció en el cuerpo a cuerpo con Felipe González y se hizo dogmático, a usted le ha tocado robustecerse con la alianza de la derecha eterna, Aznar se fotografió con los poderosos en las Azores y usted aspira a ser poderoso fotografiándose en color con la UE y la Otan.

Sin embargo, no convence usted, Maduro reclama 18.000 millones de dólares que le tienen congelados o birlados por esos bancos del sistema financiero mundial, más una parte de sus reservas de oro: “Oiga, déjenme desenvolverme como a otro país cualquiera –aunque sea tirano como dicen que soy yo- y después me dicen si mi país pasa hambre y déjenme que acabe yo con mis corruptos”, parece decir Maduro. Si Maduro simpatiza con Cuba y con Evo Morales, su cuba y su Evo, Pedro Sánchez, son Podemos y los independentistas. En cuanto a Podemos, ahí los tiene usted, como ni saben dónde van y andan con el chuchillo entre los dientes, casi matándose entre ellos, ni le apoyan, ni a usted ni a Maduro. Y por lo que se refiere a los fundamentalistas catalanes, está bien que haya intentado usted el diálogo pero se han subido a la parra, se han venido arriba, los han criado usted y los que se manifiestan contra usted que son otra historia.

Porque los que se manifiestan contra usted aún no se han incorporado debidamente al mundo que nació a partir de las revoluciones industriales. Mientras las potencias emergentes como Holanda o Inglaterra se repartían el mundo a través de sus grandes compañías por acciones con raíces en el siglo XVII, bajo un credo más cercano a lo laico e ilustrado que a lo religioso católico, los señores del blanco y negro que se manifiestan por la unidad de España se mantenían adictos a un credo católico que veía pecados por todas partes –incluyendo a los créditos capitalistas- y, a pesar de lo que ha llovido, quien tuvo retuvo y en España se ha retenido demasiado, lo cual no significa hacer el ridículo criticando a los curas y vejando las tradiciones católicas sino sencillamente dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

El panorama que he esbozado presenta a un presidente pardillo, soberbio y pijo, cercado y sin personalidad, frente a un nacionalismo español que no me gusta nada. Mi querido Antonio Machado, ahí las tienes otra vez: españolito que vienes al mundo que te proteja Dios porque una de las dos Españas te puede helar el corazón. Mira que hemos tenido tiempo para enmendar la plana, pues no, ahí está la España que rechaza que un país como Venezuela quiera ser él mismo y asuma su derecho a equivocarse, la que no se ha enterado de que Cataluña no es Castilla la Vieja ni Castilla la Vieja es toda España sino sólo una pequeña parte, la que no admite que usted, señor Sánchez, aspire a una reforma fiscal y a alejarse algo de aquella España reserva espiritual de Occidente. Y si no lo admite no es sólo por ser una España demasiado apegada a la sotana y al blasón sino también porque usted lo está haciendo mal, cabalgando a lomos de las ideas sin sentido ni rigor con las que el posmodernismo los ha infectado a usted, a su gobierno y al infantilismo de la izquierda que representa Podemos.

El mismo orden mundial globalizador –que tiene unos alumnos más aventajados que otros- está intentando aplastar a Maduro y a usted, Sánchez, con la diferencia de que usted ha perdido la dignidad y el norte y Roma no paga traidores. O está usted o no está, Sánchez, si no hacen más que repetírselo los barones de su partido que quisieron cambiar el mundo hasta que el mundo los cambió a ellos... Al menos Maduro –traicionado y todo por usted- aún mantiene a gran parte de sus seguidores con él, a usted, presidente mío, ¿quién lo respalda de verdad?