Malos ejemplos

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05 feb 2016 / 19:28 h - Actualizado: 05 feb 2016 / 19:29 h.
"Fútbol"

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Me gusta observar, no lo puedo evitar, abrir la boca cuando controlo un tema, mientras escucho y observo, no me aburro, aprendo; aprendo del desconocimiento, de las bravuconadas, de los faroles, de la exageración del sur, de la idiosincrasia de las personas, hasta de la forma en la que los extranjeros –cuando domino el idioma– nos ven y hablan entre ellos creyéndose amparados en el anonimato del desconocimiento lingüístico y la barrera del idioma. A menudo veo como hay ejemplos que resultan desaconsejables...

Los niños ven en sus ídolos del deporte a aquellos a los que imitar, a aquellos a los que se quiere llegar y llegar a ser, no comprendiendo –quizás por su corta edad– que no resulta un modelo aceptable. Veía por la calle como un niño imitaba a Cristiano Ronaldo, sí, el jugador del Real Madrid, un ejemplo, un mito del deporte que, sin embargo, me parece una persona egocéntrica, vanidosa y demasiado interesado en sí mismo para interesarse por los demás. Capaz de fabricarse una película durante un año y durante un año tener todos sus actos y gestos estudiados para que el film quede a satisfacción de su ego. No me parece un buen ejemplo pese a que los futboleros querrían tener no uno sino diez en su equipo... Pero la vida es algo más que un deporte, es algo más que competir, es ofrecerse a los demás, hacer cosas de forma desinteresada, dar una mano amiga donde apoyarse o un hombro donde llorar en los malos momentos... Tal vez eso no lo ofrezca un deportista de élite demasiado preocupado por su peinado, pero sí el albañil que está encima de un andamio de sol a sol y al acabar su dura jornada tiene una hermosa sonrisa o un gesto de cariño hacia su familia y los demás. Ese es el verdadero ejemplo, el resto sólo imitaciones de una sociedad con prisas que cada vez está más deshumanizada.