Más de lo mismo

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27 jun 2016 / 11:55 h - Actualizado: 27 jun 2016 / 11:56 h.
"Scripta manent","Elecciones Generales 2016"

Ni adelantamiento, ni duelo de las izquierdas, ni cambio, ni tensión de fuerzas, ni derrocamiento de los conservadores, ni nada de lo que predijeran las encuestas —las grandes derrotadas, por cierto, de la noche electoral del 26J—. La fotografía fija de las elecciones generales del 26 de junio muestra un perfil casi idéntico al de la cita con las urnas de seis meses antes. Pero lo realmente importante es que la instantánea de los días después no sea también la misma; que no nos amenace la sombra oscura de una obligada extinción de la legislatura para ir a una nueva convocatoria electoral. Lamentablemente, los españoles tienen poco que decir en ese sentido, una vez que con su voto han otorgado a los representantes políticos los poderes para tomar las decisiones sobre el futuro institucional del país.

Llorar ahora el tiempo perdido, lamentarse sobre lo que pudo haber sido y no fue, sería un esfuerzo inútil del mismo calibre que el de los seis últimos meses. Sin contar otros derroches como el de dinero, el de prestigio y el de esfuerzos institucionales, y sin contar tampoco con la pérdida de influencia por no haber podido ejercer la representación que nos correspondía por la absurda situación de indefinición política a la que la falta de entendimiento llevó a España. Esta ocasión tendrá que ser la definitiva. El daño que entrar en el demencial bucle del vacío de un poder amparado por el respaldo de la mayoría supondría para el país sería como engancharlo al vagón de cola del tren de la recuperación económica, que es el último en llegar a su destino.

Y volviendo a las encuestas, y a su probada ineficacia en los últimos procesos electorales, tal vez también fuera necesaria una profunda reflexión sobre el asunto, en la medida en la que funcionan como condicionantes del voto y como herramienta electoral... pero poco más.