Lo podrán leer –si les apetece– en el próximo número de la revista Más Pasión. Seguro que ya saben que sale mañana. La inminente celebración del Año Murillo –en 2017 se cumple el IV centenario de su nacimiento– ha sido una excusa válida para volver a bucear en el corazón del siglo XVII, ubicando la vida y la obra del pintor en el tiempo que le toca vivir. El llamado Siglo de Oro ha sido estudiado hasta la saciedad pero los puentes trazados entre la figura del genial pintor barroco y la impresionante transformación patrimonial de la Semana Santa de Sevilla nos ha servido para mover su figura dentro del impresionante y trascendental retablo humano que se levanta en esa centuria.
Murillo y su obra pululan en el mismo tiempo y el mismo espacio que otros creadores que figuran con letras gordas en los libros de arte. Pero también es contemporáneo de una tremenda baraja de artistas –Pedro Roldán, Martínez Montañés, Alonso Cano, Valdés Leal, Ruiz Gijón– sin los que no se puede entender el arte de las cofradías del momento. Aquellos personajes se relacionaron, mantuvieron afecto o se odiaron pero no fueron ajenos unos a los otros. La primitiva Semana Santa de Sevilla es, en definitiva, una hija de su tiempo que los nuevos métodos de estudio permiten revalorizar. El Año Murillo, ya lo hemos dicho, es una excusa inmejorable para seguir profundizando. En la revista Más Pasión ya llevamos algún tiempo haciéndolo. ~