Merino, un valor de presente y futuro

Se ha ganado a pulso la renovación y el respeto de todo el beticismo tras su breve etapa en el primer equipo

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14 abr 2015 / 12:17 h - Actualizado: 14 abr 2015 / 12:27 h.
"Real Betis","Juan Merino"
  • Los jugadores del Betis mantean a Juan Merino. / Manuel Gomez
    Los jugadores del Betis mantean a Juan Merino. / Manuel Gomez

Casi nadie recuerda ya lo que en su día consiguió Juan Merino en su transitoria etapa al frente del banquillo del primer equipo. Al final, el Betis ascenderá por la regularidad mostrada en las 42 jornadas del campeonato, pero aquellas cuatro habrán marcado sobremanera parte importante del éxito deportivo si finalmente se consigue el objetivo del ascenso.

El equipo caía en manos de Merino después de una etapa convulsa con Julio Velázquez, además del siempre convulso movimiento institucional con cambio de presidente incluido. No le importó demasiado, se fajó bien y asumió su rol a sabiendas de la temporalidad que marcaba la situación y sin pedir nada a cambio. No sólo puso orden, consiguió meter a la grada en la dinámica y hacer que los jugadores se contagiaran de ella. Pero no fue lo único que se llevó el bueno de Merino. Su credibilidad y la confianza en su trabajo crecieron hasta límites insospechados, no sólo para los aficionados; también para la entidad. Habrá muchos que ahora se dan golpes en el pecho y dirán que ellos sabían que esto iba a ocurrir. Perdone usted, si fue de esos.

El que escribe sabe igual que usted que no tuvieron más remedio. Salió cara, como pudo salir cruz, y fue así porque si algo tiene el actual entrenador del filial, es personalidad y carácter. Que le pregunten si no a Alexis, Jaime y compañía, ahora empleados del club en diferentes facetas, cómo se las gastaba siendo jugador. Supo aceptar la situación y regresar a su sitio cuando su trabajo se dio por finalizado al frente del primer equipo. No es fácil. A nadie le amarga un dulce y hubiera sido muy lícito reclamar lo que se había ganado en el campo. Volvió al filial y ahora el club le premia con una renovación que se ha ganado él solito. Sabe que su credibilidad después del trabajo realizado en Huelva o Jerez no le daban crédito suficiente para algún día sentarse en ese banquillo. Ahora sí lo tiene. Y si no me cree, pregunte a cualquier bético de a pie qué piensa sobre él. Una cuestión de valores y amor a un club que se han puesto de manifiesto con hechos concretos, tanto como los triunfos que propiciaron el punto de inflexión para después seguir ganando. Entrenador del filial hasta 2017. Y quién sabe. Ese banquillo le espera.