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Merluzas con abanicos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
27 jun 2016 / 23:50 h - Actualizado: 28 jun 2016 / 00:07 h.
"La Tostá"

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Ya empezamos a hablar del calor, o de la caló, es el tema de conversación de cada día. Pues sí, el verano ha llegado y es lógico que haga calor, mucha calor. Hasta las merluzas congeladas de Mercadona se han dado cuenta y el otro día vi a dos de pincho charlando de la cosa mientras se abanicaban con una hoja de lechuga. Creo que si habláramos poco del calor haría bastante menos. La cuestión está en engañar al cerebro sin llegar a ponernos una pelliza andorrana, porque nos podría entrar la cuca como a las vacas. Prueben a decir cada mañana que el día va a estar fresquito, agradable, verán cómo funciona. No es que se vayan a morir de frío, pero el cerebro les ayudará a que su piel note menos el calor. De niño sudaba como un pollo cuando iba al campo con mi abuelo a hacer cisco y un día me dijo que pensara en que hacía frío y que me arrimara a la candela frotándome las manos, como si estuviera helado. Funcionó de tal manera que dejé de sudar. Digo todo esto porque estoy hasta el gorro de escuchar hablar del calor en Sevilla, de que nos vamos a asar vivos, como si fuera tierra de pingüinos.