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Mi secreto y cielo

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01 sep 2018 / 22:03 h - Actualizado: 01 sep 2018 / 22:04 h.
"La trastienda hispalense"

Con la mochila llena de afanes y anhelos, camino a diario al estudio de grabación. Mi sonanta, cual si fuera mi amante, siempre me acompaña. Una nueva obra me enloquece. Sevilla, como siempre, tiene la culpa. Y yo no puedo dejar que pare el latido de mis pasos. Y si la guadaña viene a por mí, como decía Manuel Molina, que me coja en un escenario, diciéndole a Sevilla: Tú eres mi secreto y tú eres mi cielo. Tú eres el secreto de mis creaciones; de mis ilusiones, tú eres ese duende que, sin saber cómo, siempre me sorprende con tu aroma, simplemente. Tú eres el hechizo de mi poesía; y de mi alegría, tú eres la sonrisa que, sin saber cómo, siempre me acaricia, parque y sueño, María Luisa.

Tú eres mi secreto y tú eres mi cielo. Tú eres ese palio con el que mi gente, cuando sube el puente, llora emocionada, tú eres la saeta de la voz quebrada, ya soy niño, mi Calzada. Tú eres el secreto de mi vieja casa; y de aquella plaza, tú eres la piola; de aquella calleja, tú eres la farola; y a tres bandas, carambola.

Tú eres negra pizarra de un aula de la calle Cruces, tú eres laúd y bandurria de serenatas de amores, tú eres baile en el Casino, solera en Romero, mistela en Morales, vino. Tú eres viejo Heliópolis de afición humilde, Nervión de bandera, Esperanza, Maestranza, Realito, cigarreras, tú eres el secreto y cielo de mis coplas y poemas.

Tú eres mi secreto y tú eres mi cielo. Tú eres el secreto de que esas campanas sean la ventana por donde entra el alba y la fantasía me duerma en su falda, pitonisa mi Giralda. Tú eres la gitana que me lee la mano y en el Altozano, me siento torero; y entre velas blancas, yo soy el barquero, solo eso, trianero.

Tú eres mi secreto y tú eres mi cielo. Tú eres el secreto de que siempre cante con ese talante de los de tu raza, mi abuela y mi madre se dieron las trazas de encenderme con tu brasa. Tú eres la espadaña de un blanco convento, tú eres firmamento donde siempre brilla la luz de mi pueblo, mi gente sencilla, sevillanos, de Sevilla. Tú eres el pañuelo donde yo me consuelo, sin ti, me muero, me acosa el miedo, tú eres mi fuego, contigo muero, cielo.

Y sin tu risa, mi niña, mi barco no llega al puerto, por eso tú eres secreto de mis coplas y mis versos, por eso tú eres el cielo donde refugio mis sueños.