La Tostá

¿Miedo en democracia?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
08 ene 2019 / 09:07 h - Actualizado: 08 ene 2019 / 09:09 h.
"La Tostá"
  • Santiago Abascal (Vox). / EFE
    Santiago Abascal (Vox). / EFE

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Seguimos teniendo un grave problema con las opiniones de los demás, sobre todo sin son sobre la política o los políticos. Opinar ahora algo sobre Vox es muy arriesgado porque se comen crudos a los niños y te acaban responsabilizando de lo que pudiera venir en caso de que algún día gobernaran. Ya no es que te tilden de ultraderechista, fascista, xenófobo o machista, sino que te llegan a acusar de partícipe de un desastre que aún no ha llegado. Jamás he tenido reparo en decir a qué formación política suelo votar, porque es un derecho que nos costó conseguir sangre, sudor y lágrimas. Si hubiese votado a Vox en estas pasadas elecciones lo diría sin ningún miedo, como he dicho que siempre he votado al Partido Comunista, desde las primeras elecciones democráticas. Lo decía con orgullo, además, porque conocí a grandes hombres y mujeres comunistas que me enseñaron mucho y que luchaban por los derechos que había echado de menos en casa, como el de la libertad. Siempre he sido una persona con un sentido muy desarrollado de la libertad y a lo mejor por eso vivo solo en el campo, y soy autónomo desde hace décadas. Pues nada, estos días estoy siendo tildado en las redes sociales de fascista o ultraderechista, por decir en un artículo que los votos a Vox son tan válidos como los de cualquier otro partido. No me gusta nada que un partido como este esté en el Parlamento de Andalucía, pero lo han decidido casi medio millón de andaluces y lo he entendido como un tirón de orejas a la izquierda que nos ha gobernado durante casi cuatro décadas, seguramente con la clara intención de que se pongan las pilas. Va contra mi frigorífico, pero estoy encantado con el hecho de que el Partido Socialista vaya a dejar de gobernar en Andalucía, aunque me parezca horrible que lo vaya a hacer el Partido Popular de Juanma Moreno con los votos que ha sacado. A lo mejor se reorganiza la izquierda y dentro de cuatro años vuelve a gobernar, si lo decidiéramos los andaluces, aunque una cosa es lo que decidamos en las urnas y otra lo que hacen luego en los despachos, donde cada partido suele defender más sus intereses que los nuestros, los de los ciudadanos, el pueblo. El miedo y la democracia no encajan bien. Me parece absurdo tenerle miedo a Vox y no a un partido, el Partido Popular, o el Partido Socialista, que se lo han llevado todo.