Ministro ‘zoidoalcalde’

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16 nov 2016 / 23:30 h - Actualizado: 16 nov 2016 / 22:30 h.
"Habla, Sevilla","Juan Ignacio Zoido"

Cuando el presidente Rajoy, hace escasas fechas, nombró a Juan Ignacio Zoido ministro del Interior, estoy convencido que pudo extrañar a muchos españoles de igual forma que no extrañó casi nada a muchos sevillanos. Y ello es así porque hay una constante en su vida, tanto en la política como en la personal.

En lo personal, se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla, empezando en el Juzgado de Distrito en Arrecife (Lanzarote), en el de Primera Instancia e Instrucción en Utrera (Sevilla) después, Magistrado, Juez decano de los juzgados de Sevilla, y formó parte de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

En su trayectoria política tampoco se queda atrás desde que en 1996 fue elegido director general de Relaciones con la Administración de Justicia, luego delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, delegado del Gobierno en Andalucía, secretario general del PP-A, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), presidente del PP-A, ministro del Interior...y un poco antes de ello, alcalde de Sevilla, con la curiosidad que desde que entró hasta que se marchó –en la política local sevillana- jamás perdió unas elecciones.

La constante en su vida decía al inicio del artículo –con la subjetividad que este escribiente pudiese cometer- no es otra que el estar siempre dispuesto, disponible, nunca apagado o fuera de cobertura, siempre preocupándose y ocupándose; y eso a la larga, va calando en quienes tienen que depositar una tarea o su confianza en él.

Estoy convencido que –como en todos sus destinos- estará a la altura que la responsabilidad le demande, pero también soy de los convencidos que esté donde esté su alma siempre será de Alcalde –perdón- de Alcalde de Sevilla.

Se ponga como se ponga, siempre será Ministro Zoidoalcalde.

Como sevillano me alegro de su nueva responsabilidad, con el convencimiento y el deseo de que el presidente del Gobierno acertó una vez más.

Mientras tanto, ¡sé feliz!.