Moderación

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26 may 2019 / 07:25 h - Actualizado: 26 may 2019 / 07:27 h.
  • Moderación

Las cuatro últimas campañas electorales se han caracterizado, según los comentaristas, por dos notas: la ausencia de auténticos debates y las descalificaciones inspiradoras de crispación. La confrontación de ideas que debe presidir las propuestas de solución a los problemas que preocupan a los ciudadanos, se suele sustituir, casi siempre, por meteduras de dedo en el ojo del adversario con argumentarios simples y poco consistentes. Todo ello partiendo de una simplificada división en izquierdas y derechas según posiciones predeterminadas que dispensan del juicio crítico y personal. En resumen, cualquier cosa menos una confrontación sosegada de ideas y propuestas, consecuencia de la moderación de los contendientes. Tanto los tres partidos moderados como los dos radicales y sus respectivos líderes han transitado por el camino del insulto, el agravio y la superficialidad. Y, claro, los votantes han acabado hartándose. Todos los comentaristas están de acuerdo en que los votantes quieren moderación. Algo se ha notado respecto a esta petición pero poco realmente poco.

Y el problema no radica solo en las campañas electorales. Queda el gobierno. Necesitamos en España, en las Comunidades Autónomas y en los municipios, gobiernos moderados y estables, gobiernos que construyan y no se queden en medidas populistas y peleas estériles. Para ello se necesitarán, acuerdos, pactos, sentido común y verdadero espíritu de servicio a los interese generales, desterrando demagogias y desmesuras. Como señala el viejo adagio latino "ne quid nimis,", de nada demasiado. Ello supone tener y admitir dudas aunque se parta de unas pocas certezas, como ha dicho el Presidente de Asturias, para evitar las populistas soluciones simples a problemas que son muy complejos.