Que vuelva el grupo Ketama a la música patria es una de las mejores noticias de los últimos catorce años, los mismos que hace que se fueron porque sí, porque lo dejaron, y punto. Tres grandes músicos flamencos. Sí, flamencos, porque lo son desde que nacieron aunque hayan hecho una música alejada de los cánones jondos. A ver si vamos a tener que tragar a Rosalía como flamenca porque imite los gorgoritos de Vallejo y algunos melismas de la Niña de los Peines, con la voz impostada, y vamos a discutir la flamencura de Josemi, Antonio y Juan Carmona, los tres componentes del grupo, uno de ellos con sangre de El Brujo del Puerto y los tres de la dinastía de los Habichuela. Ahí es nada.
Grupo de pop gitano español, Ketama irrumpió en la música nacional cuando se hacía muy buena música, posiblemente el mejor pop de la historia. Sorderita y el malogrado Ray Heredia, dos creadores, tuvieron mucho que ver en éxito inicial del grupo. Luego siguieron los tres ya citados y formaron un revuelo con su flamenco fusión o pop gitano. El mundo entero sintió y bailó con los ritmos flamencos de Ketama. Era el inicio de lo que se denominó Nuevo Flamenco, una etiqueta de Mario Pacheco, de Nuevos Medios, que aún colea. En un arte siempre viejo, o añejo, según los puristas, chocaba eso de nuevo flamenco. Pero Ketama tenía tanta calidad que se acabó pronto la discusión.
La pregunta es obligada: ¿hay sitio para Ketama en el panorama musical español? No lo duden, porque el flamenco está regular y el pop anda algo distraído. Por otra parte, ves a los tres y no han cambiado físicamente casi nada, con lo cual parece que los años no han pasado y que aún son aquellos chavales que decidieron cambiar la música española desde una tradición flamenca que tienen en la venas. La vida es dura ahora mismo en España, con un clima político sucio y poco alentador, y el regreso de Ketama puede venirnos bien para que volvamos a mirar el mundo desde el son ketamero.