Nacer mujer

En menos de veinticuatro horas dos mujeres han aumentado la lista de asesinadas por violencia machista

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18 jun 2018 / 21:07 h - Actualizado: 19 jun 2018 / 21:24 h.
  • Nacer mujer

Arranca una semana más en España. Esta vez lo ha hecho plagada de buenas noticias como la acogida del Aquarius o el futuro fin del peaje de Cádiz. Pero, cómo no, el punto negro tenía que ponerlo una vez más otra espantosa cifra que ha aumentado en dos la lista de mujeres asesinadas a manos de sus parejas.

Resulta verdaderamente agotador tener que volver a reclamar y a exigir que se tomen medidas para proteger a las mujeres porque la desigualdad de género nos sigue matando. Pero hay que seguir haciéndolo. Es inaceptable que haya que explicar a una niña que son verdad las noticias que se ven en televisión, y que ocurren porque, al igual que ella, han nacido siendo mujer.

Ayer por la mañana le llegó la hora a una señora de Badalona, convirtiéndose en la segunda asesinada en Cataluña en lo que va de año por este motivo. El domingo la lista negra aumentaba en territorio andaluz cuando una mujer recibía nada menos que dos tiros en la cabeza convirtiéndose en la tercera víctima en la provincia de Granada en 2018. Estos dos casos provocaron la convocatoria de minutos de silencio en varias capitales y municipios españoles, donde tampoco han faltado las correspondientes declaraciones de rigor de los políticos de turno solicitando una mayor inversión presupuestaria del supuesto Pacto de Estado contra la violencia de género en los municipios. Todas las intenciones son buenas, pero da la sensación de que pocos se paran verdaderamente a pensar en los programas que podrían hacer surtir los efectos de la igualdad.

Los cimientos y la base de la igualdad comienzan en la educación, valores que deben aprenderse tanto en el seno familiar, como en la escuela y en lo que aparece en los medios de comunicación. Pero de esta manera no está cambiando nada, porque la imagen de la mujer sigue cosificada y porque tenemos que seguir contando día tras día casos como el de La Manada, en el que dos de tres jueces no han visto agresión sexual.

Es abrumador nacer mujer. Es demasiada la cantidad de responsabilidad que se nos exige, excesiva la mirada con lupa que se nos hace desde que nacemos, la entereza que tenemos que demostrar en multitud de situaciones para no ser ninguneadas en comparación con ciertos hombres, y terrible el miedo con el que muchas vuelven a casa cuando ha anochecido. No hay que dejar de continuar exigiendo que no hay por qué demostrar nada por haber nacido mujer, y parece que tampoco podamos dejar de exigir lo que nos corresponde, porque las cifras siguen siendo fatales. Falta bastante para el próximo 8 de marzo, pero no voy a parar hasta poder dejar de tener que dar explicaciones por el mero hecho de ser mujer.