Al pobre desgraciado de Mark Zuckerberg (creador de Facebook) no se le ha ocurrido otra cosa que donar tres mil millones de dólares para investigación sanitaria. Y claro, les ha faltado tiempo a los de siempre para salir diciendo que eso es una miseria para él y que, por tanto, no es para tanto su gesto. Aducen estos genios que eso es como si ellos donaran 30 euros de su sueldo. Y la pregunta es: ¿alguno dona esos 30 euros? La respuesta es que la mayoría no.
Pasó lo mismo con Amancio Ortega, que ha donado 40 millones de euros para la lucha contra el cáncer en Andalucía. Otro insolidario, por lo que se ve. A nuestro rico le critican que fabrique sus prendas en países subdesarrollados, que debe estar muy mal si se trata de un abrigo de Zara, pero si lo fabricado en Bangladesh o Vietnam es nuestra camiseta del Betis, del Sevilla, nuestra zapatillas Adidas o Nike, o nuestros calzoncillos del mercadillo... eso es otra cosa.
Ser rico no obliga a dar nada. Zuckerberg ha donado el 99% de sus acciones de Facebook (más de 45.000 millones) para investigar enfermedades, pero se ve que seguirá siendo un rico de mierda para mucha gente que no se molesta en mover el culo, pero sí la lengua.
Lo que no soporta la gente no es que se done, sino que lo haga un rico. ¿Que podrían dar más?, pues sí. Y también podrían no dar ni un duro. Y en lugar de agradecer el gesto los criticamos. Quizás un día en que nos falte esa ayuda, por los recortes en sanidad, echaremos de menos a estos ricos mierdas.