No es sevillanía

Los gestos de Caparrós a unos aficionados del Betis, el cruce de declaraciones y
los mensajes en las redes sociales son irresponsables y carecen de sentido alguno

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14 may 2018 / 14:33 h - Actualizado: 14 may 2018 / 14:33 h.
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{El derbi entre Betis y Sevilla ha reabierto la caja de los truenos. La misma que hace mucho tiempo enterramos entre todos después de un esfuerzo sobrehumano al que la desgracia ayudó considerablemente. Las muertes de Antonio Puerta o Miqui Roqué sensibilizaron a sevillistas y béticos, quienes avergonzados de bustos en los palcos y muletas en los estadios, decidieron hacer gala de una rivalidad sana, bien entendida y en la que la guasa reinaba para la suerte de todos. Los dirigentes de nuestros equipos pusieron su parte y los profesionales de ambos clubes, también. Pues todo eso se ha ido al garete.

El mal uso de las redes sociales, los gestos y declaraciones de los jugadores del Betis en la celebración de la victoria tras el primer duelo en el Sánchez-Pizjuán o la de los sevillistas tras eliminar al United dieron el pistoletazo de salida a otro buen puñado de meteduras de pata que nada tienen que ver con el buen rollo. Las bromas de Montella, a quien el hablar del Betis se le fue de la manos, o los tuits de Feddal son buena muestra. Unos y otros se han encargado de romper la magia. A ello hay que unir lo que hizo el sábado Joaquín Caparrós en el autocar del Sevilla a unos hinchas béticos que le insultaban. Un club señor como el de Nervión no puede ser representado de forma tan soez. Seguramente son muchos los sevillistas que no comparten este estilo. Como habrá béticos que tampoco aprueben el comportamiento de algunos de los empleados de su club sobre el verde del Villamarín o situaciones similares anteriores con Pepe Mel, Chaparro o Luis Fernández de autores.

Es una vergüenza que entre todos se alimente un circo que en la meseta central se aprovecha para incrementar la mofa hacia los de aquí. Ni eso es guasa ni nada que se le parezca. Mucho menos la sevillanía que muchos llevan por bandera. Quien les escribe ha defendido y defenderá lo que es nuestro: el respeto, la rivalidad y la guasa, pero jamás esta bazofia. Montella ya no está, imagínese lo que le preocupa todo esto. Feddal, o cualquier otro jugador de Sevilla o Betis, está de paso. Los niños que hoy han ido al colegio con el móvil escondido en la mochila, cargado de megas y capturas de todo esto para compartirlo con los compañeros, sí que tienen derbis por vivir. Y no es el ejemplo que deben tomar. Guasa, toda, pero el resto sobra. Seamos responsables y no permitamos que se acabe con algo tan nuestro un derbi bien entendido.