No más engaños

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21 oct 2017 / 21:26 h - Actualizado: 21 oct 2017 / 21:26 h.

Cataluña debe seguir siendo parte de España, con su personalidad y los derechos que su historia le otorga. ¡Parece que no le perdonan su rebelión de 1714! Si tuviéramos unos políticos de talla en Madrid, se dejarían de palo y tente tieso y se sentarían en la Moncloa –no en el Congreso– con los máximos responsables de la Generalitat a intentar que aquí no hubiera ni vencedores ni vencidos, eso es la política inteligente y no la que se está aplicando. Lo anterior presupone que en la Barcelona independentista también existe un deseo de llegar a un pacto federal entre estados, ¿es que nadie lee entre líneas? Llevo toda mi vida aguantando a una clase dirigente española medrosa que se metió en su día bajo el cañón de Franco (incluyendo a los Godó, en Cataluña) y, sustancialmente, no ha salido de ahí aunque lo parezca.

Miren, la política de verdad no se suele hacer en el Congreso, allí son las embestidas, los aplausos, incluso el espectáculo y hasta la astracanada pero el pescado ya viene vendido, se cuece todo en los despachos, encuentros secretos, llamadas telefónicas...

Miren, en la Segunda Guerra Mundial, Francia y Alemania se destrozaron pero poco después de su final, se sentaron a negociar lo que hoy llamamos Unión Europea, ¿cómo no va a ser posible llegar a un acuerdo de integración –juntos pero no revueltos– entre lo que estamos llamando España y Cataluña?

Miren, algunos medios de comunicación pueden hacer toda la propaganda que quieran contra Cataluña: que si es impresentable lo que hace (legalmente lo es), que si nadie la apoya, que si las empresas huyen... Pero Cataluña puede lograr su independencia, lo pasaría muy mal al principio pero con los años sería un país más de la UE porque Cataluña es más europea que el resto de España. Si se le han ido las sedes sociales de más de ochocientas empresas es porque las tiene y además importantes, ya me gustaría a mí para Andalucía esa estructura empresarial. Se van sobre todo por cuestiones fiscales y de imagen pero volverían en cuanto Cataluña fuera una nación aceptada internacionalmente o llegarían otras. Los catalanes deberán saltarse las leyes porque nada importante se logra en la historia sin transgresión. Habrá que ver hasta dónde están dispuestos a llegar los independentistas fundamentalistas.

Estamos dejando escapar del equipo al mejor jugador que tenemos por cabezonería y por no hacerle caso a las enseñanzas de la Historia. ¿O es que se busca un escarmiento ejemplar por si en el futuro hay más rebeldes?