No toda la Navidad es luz

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10 dic 2017 / 21:44 h - Actualizado: 10 dic 2017 / 21:44 h.

Me cuentan que la calle Larios malagueña se ha convertido en una especie de Meca de luz y color de la Navidad. No es nuevo, ya lleva algunos años la capital mediterránea haciendo una apuesta lumínica para convertirse en un referente a visitar en estas fechas y ello supone un salto de calidad a la altura de las grandes capitales mundiales, las cuales llevan décadas en esa apuesta. No cabe duda que como espectáculo, como estética urbana, es digno de mención y admiración y mucho más –ahí va la carga de chovinismo– si el diseño, la realización y el montaje es de una empresa de Puente Genil que exporta sus creaciones lumínicas a los cinco continentes.

Las ciudades convierten la Navidad en un reclamo a partir de la luz; arcos, bolas, árboles... y la apuesta por un modelo de fiesta que cada vez más tiene como base el consumismo y cada vez menos su carácter religioso y solidario. Hablando de solidaridad y luz no cabe duda que el espectáculo de luz y color de muchas calles seguirá contrastando con la pobreza energética de miles de familias andaluzas. Lo que es luz y espectáculo en la calle es oscuridad y penuria en muchas casas. Pero seguirá siendo válido aquello de que el éxito tiene muchos padres y el fracaso se queda huérfano, nadie se sentirá responsable de la ciudad invisible y oscura de la pobreza y del frío y todo el mundo será parte del alumbrado de las grandes calles comerciales. Cuento esto en la comunidad autónoma con el mayor porcentaje de pobreza energética de España y cuyo parlamento no da luz a debatir sobre el tema. De solucionarlo ni hablamos.