Los medios y los días

Objetivos de Betis y Sevilla

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18 mar 2019 / 08:04 h - Actualizado: 18 mar 2019 / 08:08 h.
"Los medios y los días"
  • Objetivos de Betis y Sevilla

Muy bien Canales con esa defensa que hizo de su entrenador don Enrique Setién, ser agradecido es de buen nacido, la continuidad que le ha dado su mentor lo ha llevado a la internacionalidad. Pero no me convence, Setién no ha situado al Betis en la senda que los más exigentes desean y considero que los más exigentes son los más béticos porque se acabaron o se deben acabar los tiempos del Betis como equipo simpático, del Betis probretón y proletario con sus aficionados incondicionales de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, acompañados por sus cajas con las tortillas de patatas, ese Betis resignado del manque pierda.

Ahora estamos en el mundo de las sociedades anónimas deportivas y de la competitividad extrema, en el mundo de las empresas deportivas y para ese mundo hay que contratar a los más capaces dentro del bolsillo de cada empresa. Si tienes metas altas y las anuncias públicamente lo lógico es contratar un entrenador con metas altas, con curriculum alto o medio alto, si se desea un ingeniero no se contrata a un perito ni a un becario.

Lo peor de Setién es que el Betis tiene pocos recursos tácticos, es muy previsible y no reacciona cuando debe hacerlo, ése es un síntoma para decirle a alguien muchas gracias por los servicios prestados pero adiós señor mío porque no es un solo partido, son ya muchos. El entrenador que yo quisiera para el Betis es Marcelino García Toral, el del Valencia, que hace ya bastantes años le dijo a Lopera que si quería que entrenara al Betis tenía que hacer una limpia en la plantilla, algo a lo que Lopera se negó. Ahora hay buena plantilla en el Betis y se necesita un entrenador exigente y crítico, con curriculum, que no busque excusas por todas partes para huir de sus responsabilidades. Este Setién no ha debido enterarse de que en Sevilla hay muchos aficionados que entienden tanto de fútbol como él –y no sé si más- y que esta ciudad no es Santander, aquí desde que el Sevilla logró sus copas –y espero que Sevilla y Betis ganen más- se mira hacia arriba y el que se conforme con menos, de acuerdo, pero entonces debe acostumbrarse a no protestar y apechugar con lo que venga.

En cuanto al Sevilla, buena decisión la de prescindir de su entrenador pero ahora sus sustitutos deberán seguir demostrando que saben entrenar mejor que Machín ya que son responsables de su contratación –al igual que quienes trajeron a Setién- y no han dado explicaciones del porqué de la misma. Las miras del Sevilla son aún más altas que las del Betis y tampoco había fichado al entrenador que le conviene, teniendo una tesorería más amplia. Me dijeron poco las victorias del Betis ante el Celta y la del Sevilla con la Real aunque sea fácil hablar a toro pasado, lo que llama la atención es que el Sevilla no está a la altura de los cuatro de siempre y cuando se enfrenta con ellos se le ve su poca ambición y sus carencias. Mientras no se vea a un Sevilla seguro de sí y de lo que representa ante los rivales de su talla no sirven de mucho los resultados positivos con equipos menores que, por otra parte, también lo han vapuleado más de una vez esta liga.

Tal vez no se haya asimilado por algunos –empezando por Setién y Machín pero no en exclusividad- que el fútbol en estos tiempos y en Sevilla se entiende no sólo como un desahogo y un sentimiento sino también como parte de una industria que le permita al nombre de la ciudad estar siempre sonando en Europa y en el planeta, este es el mundo de los negocios, algo que ya se veía venir desde hace décadas, a mí no me gusta en lo que ha desembocado el fútbol y si el gobierno quisiera haría estallar su burbuja pero o estamos o no estamos y si estamos Sevilla no puede perder ese tren debido a que ciertas personas o no se enteren de la película o no quieran enterarse porque a fin de cuentas ellos tal vez no sientan que están en un proyecto de ciudad sino en un trabajo de paso que, sobre todo en el caso de los entrenadores foráneos y con escaso curriculum, se acabará cuando el balón no acabe con frecuencia entre los tres palos. Ellos cogen el dinero y corren y nosotros nos quedamos aquí y aquí queremos trabajar y morir, en el contexto de una gran ciudad a la altura de su historia.