Operación Cartuja

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
06 abr 2017 / 21:19 h - Actualizado: 07 abr 2017 / 08:37 h.
"Pasa la vida"

Conforme se acerca la fecha del 20 de abril, en tanto que XXV Aniversario de la Exposición Universal de Sevilla, crece la curiosidad nacional e internacional sobre el ayer y el hoy de la isla de la Cartuja. Entendida como el lugar en el que España entera realizó una enorme y emblemática inversión, el recinto al que millones de españoles acudieron durante un par de días de sus vacaciones o ‘puentes’ en aquel eufórico 92. Ya, a modo de avanzadilla, algunos medios de comunicación centralizados desde Madrid han publicado reportajes e informaciones, buscando a vuelapluma qué fue de aquel evento. Y empieza a emerger la típica inercia de fijarse más en lo anecdótico que en lo esencial.

Es contagioso convertir en categoría lo que se conoce en un vistazo a pie de calle y no incluir lo relevante que se desconoce por ignorancia, por no documentarse y no por localizar a quienes saben. Por ejemplo, la tentación volandera es exhibir la parcela donde estuvo el efímero Pabellón de Japón, o la del Palenque, y, en cambio, por falta de información, no dedicar ni una línea al Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, el único que hay en España, con 280 profesionales de 30 países, afincado en el edificio que fue sede de la Comisaría General de la Expo’92.

Cuando concluya la Semana Santa, llegará la gran ola de panorámicas y comentarios sobre el territorio Expo’92. También fijarán su fugaz mirada sobre Sevilla los corresponsales en España de los grandes medios de comunicación extranjeros, por el ‘efecto llamada’ de ver lo que hacen y dicen los colegas españoles. La reputación estratégica de Sevilla está más en juego durante las próximas semanas en Cartuja que en la carrera oficial y que en los farolillos del real. Espero que el alcalde, Juan Espadas, sea consciente de ello.

No basta con la muestra que se está montando en el Pabellón de la Navegación para hacer ver dentro y fuera de España que Sevilla ha protagonizado la exposición universal más reutilizada. En ninguna ciudad del mundo se han convertido en equipamiento permanente tantos edificios que se hicieron con vocación efímera. Con la paradoja de que lo más desaprovechado a lo largo de 25 años ha sido y es el eje temático (Pabellones de los Descubrimientos, Navegación, Siglo XV, Naturaleza y Futuro; Jardines Americano y del Guadalquivir, Auditorio de la Cartuja) que el Estado construyó con espíritu de permanencia.

Para muchos reporteros, y para el común de los usuarios de redes sociales, es más pintoresco representar y comentar Cartuja fotografiando los selváticos jaramagos del antiguo canal del Lago, que descubrir la formidable actividad de empresas como Inerco en el que fue Pabellón de Rank Xerox, o Alter Technology en el Pabellón de Corea, o MP en el Pabellón de Siemens, o la del Centro de Investigaciones Científicas en la sede de la Cabalgata. Y menos aún se van a molestar en saber la impresionante cantera de empresas y profesionales de nivel internacional que es la Escuela Superior de Ingenieros Industriales, alias Plaza de América.

Bienvenida sea siempre la verdad. La verdad os hará libres. Tanto la positiva como la negativa. Tanto los éxitos como los oprobios. Y me gustaría que Sevilla, en lugar de vender humo y en lugar de esconder a quienes merecen escaparate, supiera jugar este partido, la Operación Cartuja, procurando al menos no meterse goles en propia puerta con los jaramagos. Aprendiendo de lo que le dijo Di Stefano como entrenador a un portero del Valencia: “No te exijo que atajes las que vayan dentro, pero al menos no te metas las que vayan fuera”.