Organización magna

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24 sep 2016 / 23:04 h - Actualizado: 24 sep 2016 / 23:07 h.
"Cofradías","Siempre de frente"

Cierto que es una ciudad más pequeña, que incluso las hermandades más alejadas del centro están más cerca que muchas de Sevilla respecto a la Catedral y que, en principio, el público es menor. Pero la organización de la procesión magna de Huelva, el Acto de Misericordia celebrado el sábado de la semana pasada, fue todo un ejemplo. 25 pasos, que se dice pronto, cada uno procedente de un barrio, de una punta de la ciudad –aunque de la Concepción o San Pedro salían tres–, que confluyeron ante el altar presidido por el Cristo de la Misericordia, frente al Ayuntamiento, y regalaron estampas inéditas y, sobre todo, una oportunidad única para el cofrade forastero de saborear esta otra visión de la Semana Santa que, sin embargo, guarda muchas similitudes con la de Sevilla y que el sábado pasado, más que nunca, contó con el respaldo de los sevillanos, como público y como acompañamiento.

La salida del Señor de Pasión, de San Pedro, esa impresionante bajada desde el templo, en lo alto de un cabezo, hasta la plaza, acompañado por los sones de la sección musical de Los Gitanos –cuatro marchas en una larguísima chicotá–, resultó sobrecogedora, al igual que el calvario del Cristo de la Expiración revirando en la calle Pérez Carasa o la subida de la Cuesta del Cristo de las Tres Caídas por el misterio que le da nombre –con los sones de Cigarreras– que tantas veces me había imaginado en mi etapa laboral en Huelva gracias a la narración radiofónica de Manuel Jesús Montes para El Llamador de Canal Sur Radio pero que hasta el sábado pasado no había podido vivir. ¡Gracias, Montes! Gracias a los compañeros de la radio: lo que vi , lo que viví y me emocionó tenía mucho que ver con lo que escuché aquel Lunes Santo en el que Afri dedicaba su levantá al joven pregonero de la Semana Santa anterior.

Y es que estas procesiones, como la de Marchena el domingo –y que pudimos disfrutar gracias a la transmisión de El Correo TV–, o la de Córdoba del año pasado, involucran directamente a las hermandades en la labor pastoral, mueven a cientos de personas, atrayendo un turismo extra a la ciudad, que agradece la economía local y enriquecen a los que las presencian. Enhorabuena al arzobispo de Huelva, José Vilaplana; a las hermandades participantes y a los organizadores –Consejo, Ayuntamiento...– porque, al menos lo que se vio desde fuera, fue una sincronización perfecta.

Y enhorabuena a Alberto García Reyes. ¡Vaya toro te toca lidiar! Seguro que lo haces con ese compás que nos encandila a los que te leemos. A José María Jiménez Pérez-Cerezal. Esperamos ese colorido, esa composición... que hacen únicas sus obras. Y al Consejo de Sainz de la Maza por ambas designaciones: dos apuestas seguras.