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Pablo Casado. / EFE-Archivo
Pablo Casado, en una entrevista reciente, contestaba a un ciudadano que le preguntaba si él trabajaría por 600 euros al mes, que lo importante es tener trabajo.
Tiene gracia que a estas alturas, después de pasar una crisis brutal que se ha llevado por delante buena parte de los derechos conseguidos por los trabajadores durante décadas; después de ver cómo el mercado laboral se convertía para una masa incontable de personas en un campo de trabajo semi esclavo a merced de eso que llamamos mercados; que un jovencito que no sabe lo que es trabajar ni sus exigencias, que no pasaría un primer corte de selección en ninguna de las empresas que conozco (son muchísimas), venga a dar clases a los trabajadores y a decirles que el caso es trabajar mucho, mucho, y que recibir a cambio un salario digno es puro aderezo.
Ya les dijo a las mujeres que lo que deberían es hacer un curso rápido para saber qué es lo que llevan dentro al quedarse embarazadas. Cada vez que abre la boca, Casado da pasos atrás. De gigante. Es tal la obsesión con el discurso de Vox, es tal el ansia de acercarse para no perder votantes, que su discurso se convierte en insoportable.
Señor Casado, una familia normal y corriente pasa las de Caín con 600 euros al mes. Piense que es lo que muchas veces se han gastado los políticos comiendo con la excusa de estar arreglando el mundo. ¿Por qué no prueba usted y luego nos cuenta? Igual comenzaba a pensar de otra forma.
Señor Casado, sin entrar en muchos detalles, debería usted saber que las mujeres tienen clarísimo lo que llevan dentro cuando están embarazadas. Usted y yo, solo lo intuimos. Y, por esa misma razón, usted y yo debemos estar calladitos y no rozar esa zona en la que se encuentra los derechos de las mujeres.
Señor Casado, los españoles necesitamos que todos tengamos un futuro claro. Unos lo tendremos mejor que otros, eso es inevitable; pero no podemos dejar atrás a nadie. Usted lo que propone es justo lo contrario (aunque no de forma expresa sus políticas condenaran a vivir esa situación); usted lo que quiere es que un grupo muy, muy, nutrido trabaje como mulas con un sueldo de mierda y que el resto viva a cuerpo de rey. Y eso es cosa del pasado. Si seguimos por ese camino el desastre será morrocotudo.
Piense un poco, señor Casado. Como si tuviera que examinarse en un Master o algo así. ¿Sabrá hacerlo?