Palabras mágicas

Es una lucha de todos contra todos, el que no entre por el aro es un fracasado, el sujeto se auto-explota y se culpa a sí mismo si no lo hace, esto ya lo ha explicado el filósofo Byung-Chul Han

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28 ago 2016 / 09:32 h - Actualizado: 28 ago 2016 / 09:33 h.
"Mercados","Redes Sociales"

Emprendimiento, competitividad, visibilidad. Tres palabras que mueven el mundo. A los jóvenes los machacan con ellas y a los mayores también aunque, como bastantes sabemos que sobre todo son simples consignas doctrinarias del mercado, nos van quitando de en medio con EREs, con jubilaciones anticipadas, etc., hasta que nos muramos y el mundo sea ese planeta simplificado que se vislumbra con claridad en estos momentos. Las tres han estado siempre ahí en el seno de la especie. Lo nuevo es situarlas en el centro de la vida, convertirlas en mercancías, que sean fines en sí mismas y que se sitúen por encima de las personas mismas hasta dominarlas. Leí en una publicación dirigida a jóvenes que el emprendedor debe saber que su vida es parecida al título de aquella película protagonizada por Alberto Closas sólo que en lugar de llamarse La familia y uno más ahora, con la actividad empresarial, debe llamarse La familia y uno menos (el supuesto creador de riqueza y progreso que va a lo suyo).

Del emprendimiento se derivan la competitividad y la visibilidad, todo a su vez importado de los Estados Unidos donde ya se sabe que cuando se encuentran dos conocidos el uno se pregunta qué es lo que querrá venderle el otro y donde contemplan como a futuros triunfadores a los niños que se venden chismes de segunda mano entre ellos (bien visible en España el asunto). El resultado es una lucha de todos contra todos, el que no entre por el aro es un fracasado, el sujeto se auto-explota y se culpa a sí mismo si no lo hace, esto ya lo ha explicado el filósofo Byung-Chul Han.

La visibilidad online no es algo propio de las empresas sino que todos se venden a sí mismos. La Red es un enorme diálogo de besugos, basta con darle al humano la oportunidad de hablar y hablará de sí mismo para su vanagloria. Los nuevos predicadores se llaman youtubers y influencers. Suelen ser personas con desparpajo, mucho pico y poca formación pero dan el pego. El que más persuada se llevará el gato al agua y además vivirá de eso porque hay muchos otros que necesitan gurús, charlatanes. El mercado es quien selecciona a los mejores predicadores según criterios cuantitativos. Es parecido a elegir al mejor cura para escuchar misa con una diferencia: los ciberpredicadores no necesitan formación.

Tres palabras mágicas lo cambian todo para que todo siga igual. O peor. No es cosa de viejo, aquí no se estudia, se pulsan teclas y no para conocer sino para picotear información pero información y conocimiento no son lo mismo.