La Tostá

Palmas para el Maestro Galván

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
05 abr 2019 / 08:38 h - Actualizado: 05 abr 2019 / 08:43 h.
"Flamenco","La Tostá"
  • Imagen de archivo de la academia de baile José Galván. / El Correo+
    Imagen de archivo de la academia de baile José Galván. / El Correo+

Sevilla fue famosa en el mundo entero por su escuela de baile y sus grandes artistas de la danza, que fueron destacados por todos los viajeros románticos que vinieron en el XIX a buscar lo más exótico de nuestra cultura musical y dancística. Ser maestro de baile en Sevilla, o maestra, era algo tan importante como ser ministro o alcalde de una ciudad como Sevilla. Miguel y Manuel de la Barrera, por ejemplo, eran dos celebridades de talla internacional y fueron grandes profesores con academia propia, primero en la calle Tarifa, cuando era El Recreo, y más tarde en calles como Plata, Jimios o Trajano. Ir a las academias de ellos o de Félix Moreno Rodríguez era garantía de aprender bien el arte y el oficio del baile, entonces la escuela bolera. Surgieron después otros maestros como Ángel Pericet, el Maestro Otero, Frasquillo o Realito, a los que sustituyeron Matilde Coral, Enrique el Cojo, Juan Morilla o Caracolillo, el marido de Juanita Reina. Más tarde Manolo Marín, aún en forma aunque dejara ya su academia de Triana. Y, entre otros muchos, José Galván, que tiene su academia en la Puerta Osario y que es padre de Israel y Pastora Galván, dos grandes figuras del baile actual. El Maestro Galván fue bailaor y no de los punteros, pero como profesor de baile ha alcanzado fama mundial. Cada vez que actúa en algún festival van decenas de extranjeros a verlo, discípulos suyos, y lo veneran como al gran maestro que es. Galván es hoy lo que los de la Barrera o Luis Botella fueron en el siglo XIX, un profesor querido y respetado en la ciudad como si fuera una estrella del arte, y en cierto modo lo es. No hay nadie en el mundo que ame el baile andaluz y que no sepa quién es este profesor sevillano. Como bailaor es personal y de sabor. Su última actuación en la Bienal junto a otros veteranos artistas y profesores dejó un gran sabor de boca entre los asistentes al Teatro de la Maestranza. Y esta noche va a recibir un homenaje en la Peña Flamenca Cantes al Aire, de Sevilla, como reconocimiento a toda una vida bailando y enseñando a bailar. Habrá que irse pronto para coger un buen sitio, porque este hombre arrastra a las masas.