El Pedro de Vicente Plural, nuestro Pedro, ha venido siendo Pedro Fernández Argüelles. Un psiquiatra simpático, vitalista, abierto, inteligente, generoso, honesto y amigo, ¡muy amigo! En su vida profesional fue psiquiatra del Virgen Macarena, profesor de la Facultad, secretario de su junta y miembro del Comité Deontológico del Hospital. Su disponibilidad era proverbial.
Con 69 años era el más joven de nuestro grupo. La ausencia del amigo duele siempre, pero cuando se está en una edad en que se ha vivido mucho y se ha compartido mucha vida con el amigo, su muerte nos hondea sobremanera. Nos resistimos como podemos a ir quedándonos solos. Pedro vive ahora una vida transformada, pero Pedro, al igual que Federico, Tolo, Manuel, Juan, José María y Carlos sigue y seguirá viviendo en nuestra tertulia. Y así, cada vez que nos enzarcemos en un debate en que la tensión suba demasiado, alguno dirá: «¡como Pedro decía, aquí lo que pasa es que....!». Y soltará la irreproducible frase de reminiscencia freudiana con que Pedro se cargaba la discusión, haciéndonos reír a todos.
Tenía, desde hace tres años, una enfermedad degenerativa y sabía lo que le esperaba. Y siempre intentó implicar lo menos posible en ello a los que le rodeaban. Su presencia entre nosotros, en su silla de ruedas, seguía teniendo el mismo tono alegre y bienhumorado de siempre.
Era un creyente encarnado. Y Dios, en los últimos tiempos, le envió un ángel confortador en la piel de un jesuita. Y murió con la paz de los bienaventurados. ¡Hasta siempre, Pedro! ¡Te queremos mucho!